El ex ministro de Economía Miguel Peirano y el director del Banco Nación, Matías Kulfas, respaldaron enfáticamente la creación de una banca de desarrollo que impulse el crédito a largo plazo para el sector industrial. Fue durante el segundo congreso anual de la Asociación de Economía para el Desarrollo de la Argentina (AEDA), en el panel “La definición de un nuevo perfil productivo para el desarrollo económico y el cambio estructural”. La mesa también estuvo integrada por Juan Carlos Lascurain, titular de Adimra, y Sebastián Torres, director nacional de Industrias del Uruguay. Con un matiz productivista, los panelistas expusieron sus posturas sobre cómo encarar la estrategia de reindustrialización de las economías del Mercosur.

Con un llamado a “no dar marcha atrás y no ajustar”, Peirano propuso “sustituir la teoría del riesgo país por la teoría del crecimiento”, es decir, que la academia comience a elogiar los procesos virtuosos de crecimiento en vez de venerar una supuesta estabilidad en el precio de la deuda, que en realidad se conjuga con patrones recesivos de actividad. En una línea teórica similar, Kulfas reivindicó la visión de la “intervención estructural del Estado, donde la política industrial no se encargue de paliar fallas de mercado, sino de crear nuevos mercados, generando distorsiones”. También Torres se encolumnó dentro de la escuela clásica del estructuralismo latinoamericano.

Para estimular la transformación productiva vía industrialización, Kulfas manifestó la necesidad de aplicar políticas de promoción con exigencias de metas y resultados, además de medidas sectoriales específicas. En el plano financiero, destacó la necesidad de una banca de desarrollo, que provea la liquidez para fondear a largo plazo, hecho que también resaltó Peirano. El director del BNA también celebró la reciente línea de crédito financiada con redescuentos del BCRA. A la vez, opinó a favor de subirle el Impuesto a las Ganancias a las empresas que no reinviertan sus utilidades.

Por su lado, Lascurain resaltó la importante reactivación que en la posconvertibilidad logró el sector metalúrgico, donde el 98 por ciento son empresas pyme. Mostrando la experiencia uruguaya, Torres manifestó la necesidad de romper con la estructura primaria de las exportaciones.