Colombia vive hace décadas sometida a condiciones de extrema violencia por el múltiple asedio del narcotráfico, los paramilitares y el combate entre el ejército y la guerrilla. Sin embargo, su economía milagrosamente ha seguido evolucionando con un ritmo inimaginable en tales condiciones. Pero el presidente de la Nación, el recientemente asumido Juan Manuel Santos, ha resuelto convocar a una “cumbre” de expertos para que lo asesoren sobre el fenómeno de la apreciación de la moneda local (valorización del peso respecto del dólar), buscando evitar un impacto negativo sobre sus exportaciones. Lo curioso y preocupante es que esa convocatoria tenga como principal referente al argentino Domingo Cavallo. Si lo que busca Santos es la transmisión de la experiencia del cordobés en materia cambiaria, alguien debería advertirle al colombiano sobre las consecuencias provocadas por una década de convertibilidad en la Argentina. Pero hay quienes suponen que el mandatario colombiano es plenamente consciente de esos resultados, y su convocatoria a Cavallo no sería más que una amenaza de “tierra arrasada” para lograr la rendición incondicional de las FARC. Una jugada demasiado riesgosa, de todos modos.