Las multinacionales cerealeras que operan en el país especularon durante todo diciembre y enero a favor de la devaluación. Desde el 6 de diciembre debían ingresar al país sus divisas dentro de los 15 días posteriores al embarque de los granos. Sin embargo, según pudo confirmar Página/12, todavía mantienen sin liquidar el 95 por ciento de los dólares que cobraron en el exterior durante esos dos meses. Sólo entre Cargill, Dreyfus, Bunge y Nidera, los pesos pesado del sector, embolsaron en ese lapso más de 550 millones de dólares.
El viceministro de Economía, Jorge Todesca, en lugar de girar a la Justicia los sumarios del Central por violar las normas cambiarias, negoció con el sector un acuerdo insólito. Las cerealeras reclamaban al Estado una deuda de 600 millones de pesos en concepto de devolución de IVA, acumulados previamente a la devaluación. Y exigieron su dolarización.
Todesca accedió al pedido, y ahora el Estado deberá pagar la deuda en cuotas al tipo de cambio de mercado al momento de la cancelación. Así, el Estado, que asumió el costo de pesificar todas las deudas privadas, dolarizó la devolución de impuestos, que siempre cobró en pesos. Aun así, las cerealeras empezaron esta semana a liquidar con cuentagotas sus dólares, que se cotizan un 100 por ciento más caros que en el momento que legalmente debieron haberlos ingresado al país. Y todavía mantienen el 95 por ciento en el exterior, ¿querrán un dólar todavía más alto?