ECONOMíA • SUBNOTA › FINANCIARáN PROYECTOS PRIVADOS DE INVERSIóN
› Por Tomás Lukin
Los préstamos tendrán una tasa fija del 15 por ciento y un plazo mínimo de tres años. Cada banco deberá colocar, por lo menos, el equivalente al 5 por ciento de sus depósitos del sector privado que posee. Las entidades tienen hasta fin de año para acordar todos los créditos, pero cuentan con la posibilidad de prolongar el desembolso durante seis meses más si se trata de proyectos de envergadura. La línea contempla la adquisición de bienes de capital y la construcción de instalaciones necesarias para la producción de bienes y servicios. Pueden ser bienes de origen nacional o importados. El 50 por ciento de los fondos deberán ir a pymes y cuando una empresa no pueda acceder al crédito que desea porque excede sus capacidades se podrán hacer créditos sindicados. Si los plazos exceden los tres años, las partes podrán acordar entre ellas los cargos del período adicional en materia de tasas. La línea no puede destinarse a fondear capital de trabajo, ni prefinanciamiento de exportaciones. Los bancos, públicos o privados, que no cumplan en tiempo y forma serán sancionados.
Forzar a los bancos a prestar con un objetivo determinado hubiera sido imposible sin la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central. Entre las nuevas atribuciones del organismo figura la posibilidad de regular las condiciones de los préstamos: extender plazos, fijar techos para las tasas de interés, orientar el destino hacia cualquier sector productivo o región, limitar las comisiones y los cargos. En abril, a pesar de contar con esa capacidad, las autoridades del organismo no tomaron la iniciativa inmediatamente sino que solicitaron a los bancos privados que traigan una propuesta atractiva para financiar proyectos de inversión.
En ese proceso, los dos bancos extranjeros más importantes –Santander Río y Banco Francés– lanzaron líneas en condiciones similares a las exigidas hoy por el Banco Central, de pequeña envergadura, y las colocaron en dos meses. No obstante, los bancos no se pusieron de acuerdo en las condiciones, cuestionaban la capacidad de las pymes para calificar para un crédito de esas características y no consideraban viable la existencia de una tasa fija. “No entiendo cómo puede ser que el Banco Nación preste con condiciones accesibles a las pymes, con una mora muy baja y gane plata mientras que ustedes dicen que no pueden prestar porque no hay demanda”, cuestionó un directivo de la UIA en ese momento durante un encuentro en las oficinas del BCRA donde participaron banqueros y empresarios. Ante la imposibilidad de encontrar una salida consensuada, el directorio de la autoridad monetaria lanzó la nueva línea. La medida no es ajena al contexto macroeconómico. Durante la crisis de 2008-2009, el sistema bancario en su conjunto –salvo excepciones– respondió en forma procíclica: cortó e interrumpió financiamiento. En ese momento, la política fiscal expansiva fue el principal instrumento. “Ahora queremos que el sector bancario tenga un comportamiento contracíclico”, sostuvo Marcó del Pont.
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