El techo que estableció ayer el Banco Central en el costo para préstamos personales y prendarios está vinculado con la tasa de interés anual de corte de las letras del organismo (Lebac) a 90 días de plazo. Este instrumento es utilizado por la autoridad monetaria para absorber pesos en el sistema contra la entrega de un título que actualmente rinde un 26,86 por ciento anual para la inmovilización a 98 días. Esta tasa, que sirve de referencia para todo el sistema bancario, ya que impone un piso de rendimiento sin riesgo para las entidades, llegó a superar el 30 por ciento por iniciativa del Central para estimular los depósitos a plazos en peso contra la dolarización de carteras.

El Central cuenta con distintas herramientas para establecer la cantidad de pesos del sistema. La licitación semanal de Lebac permite absorber parte de los pesos que son emitidos principalmente contra la compra de dólares proveniente de la liquidación de exportadores. Ayer contrajo con este mecanismo 800 millones de pesos, que elevan ese monto a 67 mil millones en lo que va del año. Estos instrumentos se pueden adquirir sólo en efectivo –por eso su efecto contractivo– a través de bancos o sociedades de bolsa, y se negocian en el Mercado Abierto Electrónico, y en las bolsas y mercados de todo el país.

Tras la compra de la letra, el inversor recibe los títulos en su cuenta. Las letras se emiten con descuento, lo que significa que amortizan la totalidad del capital al vencimiento del papel y no hacen pagos de interés durante su vida útil. La tasa de interés de la Lebac se determina mediante el sistema holandés, por precio único. Las ofertas de los bancos por colocar sus pesos son adjudicadas por el BCRA comenzando con las ofertas que soliciten la menor tasa y continuando hasta agotar la totalidad de los títulos disponibles.