Las industrias textiles quieren protejerse de la fuerte caída en el consumo interno y la aceleración en la importación de indumentaria desde los países asiáticos. Pero los reclamos realizados ayer desde la Federación de Industrias Textiles Argentinas (FITA) no se limitan a esos dos problemas generados por la política económica del Gobierno, sino que también advierten sobre “los altos costos de financiamiento y las elevadas cargas impositivas”. “Estamos promoviendo una agenda de políticas al Gobierno para poder superar este difícil momento que atraviesa la industria”, indicó Eduardo Detoma, gerente de FITA, al señalar que están trabajando iniciativas los distintos gremios “que ayudarán a conservar más de 400.000 puestos de trabajo de nuestra cadena de valor”.