ECONOMíA
• SUBNOTA › ECONOMIA PROPONE REDUCIR LOS ENCAJES BANCARIOS
Martín Redrado está pintado
› Por Claudio Zlotnik
El Gobierno incluyó una medida de política monetaria para aplacar la inflación: la suba de los encajes bancarios. La iniciativa, que debe aprobar el Banco Central, podría desembocar en una suba de las tasas de interés. Aunque el efecto recién se podrá percibir cuando se conozca la cantidad de dinero que los bancos deberán inmovilizar de ahora en más. El anuncio de Roberto Lavagna sorprendió a la cúpula del Central.
La clave para saber si la medida se corresponderá con un alza de las tasas es la magnitud que tendrá la suba de los encajes. En la actualidad, los bancos tienen alrededor de 4000 millones de pesos como excedente de liquidez. Es el monto que supera las exigencias técnicas actuales. En un banco líder de origen extranjero estimaban ayer ante Página/12 que si se obligara a las entidades financieras a inmovilizar por encima de ese tope, el incremento en el costo del dinero sería inevitable. No así si la iniciativa fuera más blanda. En otra entidad, de capital nacional, se mostraban más pesimistas. Argumentaban que la suba de las tasas de interés aparece como inevitable.
La razón de este pesimismo se fundaba en que los bancos tendrán una menor capacidad prestable. Y que por lo tanto cobrarán más caro por sus créditos. Por los menos los de plazos más cortos, que son los alcanzados por la medida. En cambio, las líneas de más de cuatro años (el ministro no dio más precisiones) quedarán exceptuadas ya que los bancos no tendrán que inmovilizar dinero por esos préstamos.
Algo es seguro: el anuncio de Lavagna se constituyó en otra fuerte señal a los mercados. De hecho, esta fue la primera medida de política monetaria contractiva avalada por el Gobierno. Parece dirigida a los economistas y gurúes de la city que criticaban al Banco Central por el sensible incremento de la circulación monetaria, del orden del 30 por ciento interanual.
Si a las entidades financieras les aparecen trabas para prestar a corto plazo, la consecuencia directa es una reducción en los niveles de consumo. Esta desaceleración de la demanda sería entonces el efecto buscado por el ministro para desincentivar la inflación.
¿Qué puede pasar con las tasas de los depósitos? Todo depende de si los bancos tienen que salir a buscar pesos para integrar los mayores encajes. Si necesitan hacerlo, y deben tentar a los ahorristas a llevar el dinero a los bancos, las tasas subirían.
El cálculo que hacían ayer por la tarde algunos gerentes era que por cada punto que aumenten los encajes se inmovilizan alrededor de 1150 millones de pesos.
En la actualidad, los encajes de las cuentas a la vista (cajas de ahorro y cuentas corriente) se sitúan en el 16 por ciento. Tres puntos más abajo se encuentran los de los plazos fijos de entre 30 y 59 días, plazo en el cual están constituidas más de la mitad de las colocaciones. Los encajes de los plazos fijos entre 60 y 89 días figuran en el 9 por ciento; 90 a 179 días (4 por ciento); 80 a 365 días (2); y más de a un año no tienen encajes.
Otro punto refiere al ahorro que la medida le significará al Banco Central por los fondos que recibe de las entidades financieras: en lugar de hacer frente a una tasa de 6,0 por ciento anual en las Lebac o del 4,5 por ciento en los pases pasivos, los encajes están remunerados al 2,25 por ciento anual.
A los financistas no les pasó inadvertido que haya sido Lavagna el responsable de los anuncios de política monetaria. La interpretación fue que el ministro conducirá la estrategia antiinflacionaria, aun en el caso de las medidas monetarias. El ejecutivo de un banco líder reveló a Página/12 que en el BCRA se sorprendieron con los anuncios. De hecho, sus autoridades venían trabajando para seguir reduciendo los encajes. Ayer, desde el Central defendieron el actual esquema, aunque dijeron que la propuesta de Economía será “debidamente estudiada”.
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