ECONOMíA
• SUBNOTA › DEJO SOLA A LA COPAL EN SU PELEA CON LAVAGNA
La UIA no sabe, no contesta
› Por David Cufré
La Unión Industrial Argentina prefirió esquivar un conflicto con el Gobierno y decidió no polemizar públicamente con Roberto Lavagna por las medidas contra la inflación que anunció la semana pasada. Copal, la cámara de empresas de la alimentación, presionó dentro de la central fabril para lograr el apoyo de la entidad a su reclamo contra la eliminación de reintegros a las exportaciones del sector. Sin embargo, no tuvo éxito y quedó expuesta sola en la pelea con el ministro de Economía.
Copal es una de las cámaras que conforman la UIA. Representa el sector más conservador y, por su misma naturaleza, reaccionó airadamente frente a una medida que afecta muy levemente sus intereses. Los reintegros representan apenas unos 80 millones de dólares al año, contra exportaciones de manufacturas de origen agropecuario que rondarán este año los 13.000 millones.
La entidad emitió anteayer un comunicado de tono muy crítico contra el Gobierno por “afectar las inversiones” del sector. Esperaba que ayer la UIA hiciera lo propio para acompañarla en su protesta. Sin embargo, en la reunión de Comité Ejecutivo de la central fabril se resolvió no volver a chocar con Lavagna y, en todo caso, intentar una negociación de bajo perfil para atenuar el impacto de la medida. Por ejemplo, para limitar su alcance a 120 días o excluir a los productores de zonas menos favorables. Alberto Alvarez Gaiani, titular de Copal y ex presidente de la UIA, tuvo que aceptar esa posición mayoritaria.
“Como medida coyuntural, frente a un clima de distorsión de precios, la eliminación de reintegros es entendible”, aceptó uno de los dirigentes de la conducción de la UIA en diálogo con Página/12. También explicó que es lógico que Lavagna no haya anticipado la medida porque hubiera perdido efecto. Como los exportadores deben pedir permiso por anticipado para realizar sus envíos, y cuando se autorizan ya se computan los reintegros, en caso de haber trascendido que éstos iban a suprimirse los empresarios se hubieran adelantado con sus solicitudes. De todos modos, el industrial indicó que el Gobierno podría abrir ahora una negociación para “no afectar las inversiones”.
Lavagna había hecho gestos en esa dirección, pero ayer recrudeció su pulseada con la Copal y en este momento parece difícil lograr un entendimiento. Frente a esa situación, la UIA eligió preservarse.
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La UIA no sabe, no contesta
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