–¿Está de acuerdo con el pago adelantado al FMI?
–Sí, por supuesto. Una de las peores cosas que nos hicieron creer durante los años ‘90 fue que un montón de actores externos y otros internos pero marginales a la sociedad tenían más poder que el propio Presidente. Hemos rendido pleitesía a presidentes de multinacionales, a mandatarios extranjeros y nos creímos que esos personajes tenían más poder que nuestros gobernantes. Habernos desprendido de aquello fue muy importante. Acelerar el proceso de desendeudamiento es muy importante desde el punto de vista político y simbólico.
–¿Pero no le parece demasiado cancelar anticipadamente utilizando un tercio de las reservas?
–Lo vería al revés. La sanidad de la economía argentina es tan grande que no hay ni habrá sobresaltos. Si desde el punto de vista político y simbólico se podía hacer ahora, concuerdo con esa estrategia.
–¿Para el Banco, la decisión tiene algún impacto?
–Ustedes saben de las presiones que hubo del Fondo para privatizar la entidad. La decisión política del Ejecutivo provincial fue siempre desestimar la injerencia de los organismos.