“El destino de las inversiones me preocupa tanto como el comercio”, señaló Felisa Miceli. Uno de los problemas históricos entre Argentina y Brasil es la radicación de inversión. Según la postura del gobierno de Néstor Kirchner, el país vecino tiene que limitar sus subsidios y su financiamiento para que no competir de manera desleal con los demás socios del bloque en la radicación de capitales para proyectos productivos. Roberto Lavagna propuso en su momento un “Protocolo de buenas conductas” para la inversión, pero el tema nunca fue tratado más que en conversaciones informales. De todos modos, la ministra de Economía también envió un mensaje a los industriales nacionales. “Ya les dije a los empresarios argentinos que traigan todos los proyectos que tengan, que les consigo financiamiento; la Argentina tiene un sistema financiero que puede responder a las necesidades actuales”, señaló Miceli. “No hay ningún inconveniente con eso. Hay plazos y tasas de interés muy convenientes, así que cuando tengamos los proyectos que hay que tener, los financiaremos. Hoy las tasas de interés son mucho más convenientes en Argentina que en Brasil, lo que tenemos que lograr es consolidar el crecimiento económico, avanzar en la reindustrialización de la Argentina, avanzar en el proceso de integración”, remató. “Hemos escuchado durante años a los empresarios decir que era más conveniente tomar crédito en Brasil que en Argentina, pero hoy es al revés”, puntualizó.