Como remate de una nota sobre la curiosa designación del economista Gabriel Rubinstein como asesor del secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, se consignó el miércoles en página 5 que el presidente del Banco Central tomaría como consejero, para no quedarse atrás, a Rubén Lo Vuolo, el economista de Elisa Carrió. Pero haber confiado en que del texto surgía claramente la intención irónica de esa primicia fue un error. La broma fue confundida con una noticia, tan naturalmente como tantas noticias parecen bromas. El equívoco no dejó de crecer, y ayer se supo que un muy prestigioso columnista de uno de los diarios más serios de la Argentina planeaba incluir el cambalachesco nombramiento en su próxima columna dominical, asegurando que tenía el dato de muy buena fuente. Por tanto, para evitar bochornos mayores se deja aquí formal constancia de que Blejer no contratará a Lo Vuolo..., al menos según la información obrante hasta anoche. Se espera, eso sí, que Domingo Cavallo salga a aclarar que lo del corralito fue una chanza, y que Jorge Remes Lenicov haga lo propio con la flotación del dólar.