El Gobierno decidió ayer postergar el anuncio del nuevo esquema a través del cual se intentará garantizar un mejor precio a los productores de trigo sin que eso impacte en el índice de inflación. La Secretaría de Agricultura elaboró una propuesta en la cual se contempla que los productores pasen a recibir 140 dólares por tonelada, en lugar de los 120 que cobran actualmente. Esa diferencia la deberán afrontar los exportadores. Cuando le compren al productor lo harán de manera directa y además deberán aportar a un fondo compensador destinado a subsidiar a los molinos, quienes tendrán que comprar en el mercado libre con aumento, pero estarán obligados a mantener congelados los precios de sus productos. La implementación supone una serie de dificultades que le pusieron freno a la iniciativa.

El presidente Néstor Kirchner analizó el tema con la ministra de Economía, Felisa Miceli, y el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, el jueves por la noche y ayer por la mañana. En ambos casos se especuló con la posibilidad de que el encuentro culminara con una conferencia de prensa anunciando las novedades, la cual finalmente no se concretó.

Una de las críticas que se le formula al proyecto es que no establece el precio al que los exportadores deben pagar el trigo sino un porcentaje sobre todos los embarques que realicen, el cual se destinaría al fondo compensador. Eso deja abierta la posibilidad de que los exportadores terminen trasladando una parte de ese aporte a los productores al pagarles menos de los 140 dólares mencionados en la negociación. Otro inconveniente está dado por las dificultades que supone la administración del fondo compensador.

El objetivo es que los molinos paguen el trigo a precio libre y luego se presenten en el fondo con la factura para recibir la compensación, pero eso podría dar lugar a irregularidades por parte de los molinos y también del Gobierno, que pasará a administrar un importante flujo de fondos.

El conflicto del trigo surgió a comienzos de octubre, cuando el grano alcanzó su mejor cotización de los últimos diez años en el Mercado de Chicago por el efecto de la sequía en Estados Unidos. Esta presión internacional coincidió con una pobre cosecha local, pues entre las campañas 2004/05 y 2005/06 la producción cayó de 15,9 a 12,5 millones de toneladas y se espera que en la temporada 2006/07 alcance apenas los 13,6 millones.

En la medición del Indec los alimentos panificados tienen una incidencia en la inflación de 5 por ciento, similar a la carne. Por ese motivo el Gobierno decidió intervenir, a través de la Secretaría de Comercio Interior, acordando un precio de referencia con los exportadores y los molinos, quienes desde entonces comenzaron a ofrecer 120 dólares como máximo cuando los exportadores pedían cerca de 160. La brecha hizo que en varias jornadas no se concretaran operaciones, dejando las bolsas paralizadas. Con el nuevo esquema se busca que todos los actores de la cadena cedan una parte de su renta potencial para normalizar el mercado sin que los valores internacionales record repercutan en los precios internos.