El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, insistió ayer en que “ha habido una formidable manipulación mediática” aprovechada por la oposición que busca “hacerle creer a la gente que la inflación es mayor”, luego de la remoción de una funcionaria del área de medición de precios al consumo del Indec. “No logro entender esta lógica que dice que, porque uno cambia un funcionario, puede digitar un índice”, reflexionó Fernández en comunicación telefónica con una radio de la ciudad de Buenos Aires.

El funcionario recordó que el índice es el resultado de la participación de un número muy importante de funcionarios y de encuestas que hacen más de 350 encuestadores. “Entonces, ¿cómo es posible que porque uno cambia un funcionario todo eso se pueda alterar?”, se preguntó. A las críticas al supuesto cambio de metodología en la forma de reflejar los datos se sumaron varios economistas alineados en el arco de la oposición. Fernández respondió ayer a esas objeciones que “lo que ellos llaman cambio de metodología es una discusión de cuánto debe asignarse de aumento a la medicina prepaga, que en enero aumentó 2 por ciento”. En el caso del turismo, dijo que “sólo se amplió la muestra” y remarcó que las objeciones “sin duda” son intencionales.

Ayer se sumó a esas críticas la voz de Mario Brodersohn, funcionario del área económica en el último gobierno de la Alianza, que advirtió sobre los riesgos de “hacer uso de una ingeniosa ingeniería contable para influir en el índice de costo de vida”.

“No logro entender cuál es la manipulación de la que hablan. Me parece, en cambio, que hay una formidable manipulación de la información cuando dicen que los empleados del Indec amenazan con dar la inflación real”, insistió más tarde Alberto Fernández en otra entrevista radial. Y agregó que “no sabemos ni cuáles son esos empleados del Indec ni cuál es ese dato real. ¿Por qué darle veracidad a un ser inexistente?”, se preguntó finalmente.

Los técnicos que elaboran la encuesta participaron de las protestas y denuncias del personal del Indec y amenazaron, según versiones de los delegados de ATE, con difundir el índice que surgía de sus propios relevamientos si el publicado por las autoridades resultaba significativamente menor. Pero luego desistieron de hacerlo y aceptaron el compromiso de las autoridades de que no se producirían nuevas remociones, más allá de la de la directora, Graciela Bevacqua.