Mié 05.09.2007

ECONOMíA • SUBNOTA  › PROPUESTA PARA LA PRODUCCION DE HIDROCARBUROS

La apuesta por el petróleo

› Por Cledis Candelaresi

Si no se invierten al menos 4500 millones de dólares anuales durante los próximos años, Argentina no podrá autoabastecerse de hidrocarburos y, por consiguiente, será más vulnerable a los vaivenes de los precios internacionales. ¿La condición para que esto ocurra? “Reglas claras” o, en otros términos, “seguridad jurídica”. El previsible planteo es una de las ideas fuerza contenidas en el documento de discusión que el Instituto Tecnológico de Buenos Aires presentó ayer ante los empresarios de Idea, poco antes del almuerzo con Cristina Kirchner. La senadora y candidata aclaró a su turno que la libre competencia no siempre basta para arrimar capitales a las propuestas económicamente más beneficiosas para el país.

El informe del Itba es el primero de los cuatro papers de trabajo que los ejecutivos de Idea encargaron a entidades externas para calentar el debate de su coloquio anual en Mar del Plata. Con el ánimo de que la convocatoria resulte más atractiva, las consignas son más afines al temario político y, en definitiva, al discurso del Gobierno: pobreza, corrupción, inserción internacional y competitividad, donde se encuadra el subcapítulo energético.

Ernesto Badaraco, actual directivo del Instituto y ex titular de la Asociación de Generadores de Energía Eléctrica, expuso durante alrededor de sesenta minutos el cuadro de situación en el mundo. Sobre esta base, los técnicos sacaron dos conclusiones contundentes. Una: no hay otra alternativa que seguir apostando a los combustibles fósiles, ya que las otras fuentes son y serán por mucho tiempo marginales. Otra: son inevitables las tensiones a nivel internacional, porque los que más consumen son los que menos producen. Para ilustrar este desajuste, Badaraco utilizó un cuadro estadístico elaborado por Oscar Vicente, ex ejecutivo de Pérez Companc y Petrobrás, ahora sindicado como eventual miembro del gabinete de Cristina, algo que él niega terminantemente. Al menos por ahora. “Si se reanudan las inversiones, van a aumentar las reservas probadas de la Argentina. En ochenta años, sólo se perforaron cien pozos y hay diecinueve áreas fronterizas que están subexplotadas”, sentenció el expositor del Itba.

Para que la energía atesorada en el subsuelo tenga el estatus de “segura” y no estimada, y el país tenga un horizonte más tranquilo en las próximas décadas, es necesario desembolsar casi 50 millones de dólares adicionales en cada pozo en producción, siempre a decir de Badaraco.

A priori, esas consignas podrían haber sonado como un reproche al nutrido auditorio patronal. Pero de inmediato, quien durante once años fuera vocero de los generadoras privatizadas precisó las condiciones necesarias para seducir a los capitales en las “costosas exploraciones de riesgo”, esbozando, en todo caso, una reprimenda hacia los reguladores públicos. “El país tiene que ser atractivo para los inversores. No se pueden estar cambiando las reglas todo el tiempo.”

A decir de los técnicos contratados por Idea, sólo en este caso Argentina podría conseguir los 4500 millones de dólares necesarios para autoabastecerse o, al menos, los 3000 para atender la creciente demanda.

Durante el almuerzo, la candidata presidencial eligió otro ángulo de la cuestión al referirse al trabajo del Itba, cuya síntesis le fue anticipada unos días antes. “Algunos puntos tienen que ser revisados”, recomendó, en relación con el reclamo patronal implícito de respetar los postulados del libremercado. “Ningún privado hubiera construido Futaleufú en las condiciones que lo hizo el Estado. Y esa usina es clave para apuntalar a la única productora de aluminio del país como Aluar”, ponderó CFK. Nadie se hubiera atrevido a replicarla.

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