Vie 07.03.2008

EL MUNDO  › KIRCHNER SE REUNIO CON LA MAMA DE BETANCOURT

Cristina y Yolanda

“Los derechos humanos están por sobre todas las cosas”, dijo la presidenta argentina, al reunirse con Pulecio, la madre de la rehén de las FARC. Del encuentro participó la senadora Córdoba.

› Por Martín Piqué

Desde Caracas

La relación había comenzado antes de la asunción presidencial. Cristina Fernández de Kirchner había recibido a Yolanda Pulecio, madre de Ingrid Betancourt, antes del 10 de diciembre. Ayer volvió a recibirla en la residencia de la embajada argentina en esta ciudad. Pulecio se presentó junto con la senadora colombiana Piedad Córdoba, quien también había sido invitada. De buena relación con Hugo Chávez, Córdoba actúa como intermediaria en el proceso de liberación de los rehenes en manos de las FARC. Como en política todo son gestos, esta recepción de CFK se realizó para ratificar en público la decisión de que la Argentina seguirá involucrada en el tema. “La mamá de Ingrid me solicitó que no abandonara esta causa, que es la causa del canje humanitario”, reconoció la Presidenta.

La reunión con Pulecio y Córdoba duró una hora y media. Cuando terminó, Cristina se retiró de la residencia oficial de la embajada y se dirigió hacia el Panteón de Bolívar, donde la declararon ciudadana ilustre de Caracas y le entregaron las llaves de la ciudad. Antes de irse hacia allí, CFK habló con los periodistas que estaban en la puerta de la embajada. “De producirse la liberación de Ingrid Betancourt sería un factor de distensión para la conflictividad de la región”, dijo. CFK hizo sus declaraciones poco después de que el mandatario francés, Nicolas Sarkozy, solicitara en público a Manuel Marulanda Vélez, número 1 de las FARC, que dejara libre a la ex candidata presidencial franco-colombiana.

Las dos mujeres colombianas no quisieron hacer declaraciones cuando se encontraron con periodistas. Primero subieron la calle en la que está la embajada, para hacerlo hay que subir una loma pronunciada que indica el comienzo de Las Mercedes, la zona de las embajadas. Lleno de verde y residencias que muestran un lujo algo pasado de moda, fruto del boom petrolero de los años `70. El barrio se corona con la embajada de Estados Unidos: la más grande, la que está más alto.

De las dos visitantes, Pulecio es la que más veces dialogó con la Presidenta. Incluso asistió a la asunción presidencial del 10 de diciembre. Su hija está secuestrada desde febrero de 2002 y su cautiverio se convirtió en el eje de una cruzada mundial. A mediados de enero se hizo público un video que la mostraba débil y delgada. La imagen pareció conmover al francés Sarkozy, quien inició una serie de gestiones para tratar de liberarla.

Tras asumir la Presidencia, a la campaña se sumó CFK. “Como presidenta de todos los argentinos quiero convocar a toda la región latinoamericana al compromiso con la paz y con la liberación de Ingrid Betancourt y los rehenes en Colombia. Los argentinos somos solidarios, las argentinas queremos la paz, y en eso vamos a seguir trabajando todos y cada uno de los días”, dijo el martes el acto por los veinte años de Hugo Moyano al frente de Camioneros.

Reconocible por tener el pelo siempre atado con un pañuelo al estilo africano, la senadora Córdoba se retiró en silencio luego de hablar con CFK. Poco después se la vio en el auditorio Ayacucho, uno de los salones más usados del Palacio de Miraflores, en el acto de Chávez y Cristina. Opositora a Alvaro Uribe, Córdoba participó de los últimos operativos de rescate a rehenes en la selva colombiana. Los allegados a Uribe la descalificaron en varias oportunidades: la acusaron de tener vínculos con la guerrilla. Aunque lo mismo dijeron de Chávez.

Ayer se sumó una nueva acusación contra el mandatario venezolano que partió desde Bogotá. El diario El Nacional de Venezuela, un medio de los más opositores al chavismo, citó “fuentes militares” para asegurar que Raúl Reyes había sido detectado al recibir un llamado de Chávez en su teléfono satelital. Según reconoció el propio canciller francés, Reyes era el encargado de negociar nuevas liberaciones de secuestrados.

“Los derechos humanos están por sobre todas las cosas. No pueden ser motivo de realpolitik”, dijo CFK antes de encontrarse con Chávez en Miraflores. Luego agregó que para la Argentina “la política de derechos humanos es fundamental” y que esa definición “es reconocida” por todo el mundo. A mediados de enero, cuando el esfuerzo de Sarkozy por liberar a Betancourt se reproducía en todos los medios del mundo, Cristina le pidió a su esposo que viajara a Colombia como observador internacional. Néstor Kirchner participó allí de la primera etapa de liberación de los rehenes, pero en esa oportunidad el operativo fracasó. Aquella vez en la Rosada consideraron a Uribe como el responsable de la fallida operación. En aquel momento nadie se imaginaba lo que pasaría menos un mes y medio más tarde.

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