Desde Madrid

El PSOE se ha apuntado una inesperada y amplia victoria entre los votantes españoles residentes en el exterior, muchos de los cuales emitieron su sufragio desde Argentina, donde votó cerca del 50 por ciento del padrón, muy por encima de la media del resto de los países, que apenas llegó al 25 por ciento. Concluido ya el escrutinio definitivo, el Ministerio del Interior informó ayer que los socialistas lograron 217.686 votos, mientras que el PP sale derrotado por primera vez en este colectivo de votantes con sólo 106.265 votos. En algunas regiones de tradicional inmigración hacia nuestro país, como Galicia, Asturias o el País Vasco, los socialistas duplican y hasta triplican los votos de los conservadores, dando un vuelco espectacular con respecto a las pasadas elecciones de 2004.

A pesar de que el sistema electoral español no permite que se discrimine cómo votaron los residentes en cada país extranjero, la presencia del voto argentino –más de 125 mil papeletas sobre un total de 400 mil– ha sido más marcada que nunca en estos comicios. El Partido Popular, que en el año 2004 había logrado vencer a los socialistas obteniendo 131.885 votos frente a 112.890 del PSOE, ha sufrido ahora un auténtico castigo que se vuelve realmente fuerte en algunas regiones como Andalucía, Asturias, Aragón, Cataluña, Canarias o Extremadura, donde el partido de Zapatero triplica en sufragios al PP. El PSOE le ha ganado al PP en 51 de las 52 provincias en las que se divide el reino, y sólo ha perdido en Tenerife, donde se alzó con la victoria Coalición Canaria, una formación de corte regionialista moderado aliada al PP.

La mayor sorpresa, sin embargo, proviene de Galicia, una de las regiones que más votos recibe del extranjero y, en especial, de Argentina. En esta comunidad, otrora gobernada por el conservador ex ministro de Franco, Manuel Fraga Iribarne, el Partido Popular ganó sistemáticamente todas las elecciones entre los residentes en el exterior desde el retorno de la democracia. En las pasadas elecciones de 2004, el PP había obtenido 22 mil votos más que el PSOE, mientras que ahora los socialistas lo han superado por 25 sufragios, dando un vuelco espectacular que ninguno de los dos partidos esperaba.

Los socialistas han obtenido cerca del 55 por ciento de los votos que han llegado del extranjero, lo que le permite a José Luis Rodríguez Zapatero transformarse en el candidato más votado de la historia de la democracia española, al obtener finalmente 11.282.210 votos –el 43,84%–, mientras que el PP se queda a más de un millón de votos de diferencia, obteniendo 10.276.238, por debajo de la barrera psicológica del 40 por ciento –obtiene el 39,93– también por efecto del voto en el exterior.

La mayor parte de los medios de comunicación se hicieron eco de esta victoria a la vez que resaltaban el inusual número de sufragios que llegó por correo desde nuestro país, donde también ha aumentado considerablemente el padrón electoral gracias a la agilización durante los últimos años de los trámites de nacionalización y a la extensión del derecho a la ciudadanía que permitió el gobierno de Zapatero durante los últimos cuatro años.

Sin embargo, el complejo sistema de reparto de bancas en el congreso de diputados y senadores ha impedido a los socialistas beneficiarse de esta gran diferencia con respecto a sus rivales, mientras que los conservadores han podido aprovechar un puñado de sufragios en Cataluña para arrebatarle un escaño a los nacionalistas moderados de Convergencia I Unió, probables socios políticos de Zapatero en el nuevo gobierno, que será investido por el Parlamento el 7 u 8 de abril próximo, según informaron ayer fuentes del PSOE.