EL MUNDO › GRAVE DENUNCIA DEL DEFENSOR DEL PUEBLO DE COLOMBIA SOBRE LA SALUD DE BETANCOURT
Afectada por hepatitis B y leishmaniasis, una enfermedad selvática transmitida por un mosquito, la rehén más famosa de las FARC estaría muy enferma, alertó el defensor del Pueblo colombiano. Sin embargo, funcionarios del gobierno de Uribe dicen que son sólo rumores.
El defensor del Pueblo de Colombia, Vólmar Pérez, dijo que después de seis años cautiva en la selva, Ingrid Betancourt sufre gravísimos problemas de salud. “Me da rubor tocar estos temas en la prensa, pero alguien me dijo que sus características físicas no distan mucho de las de los niños de Somalia”, dijo Pérez, sin revelar las fuentes reservadas que le proporcionaron la información.
El funcionario contó que la salud de la secuestrada colombo-francesa se deterioró tanto que sus captores, guerrilleros de las FARC, tuvieron que llevarla a varios centros asistenciales en medio de la selva bogotana. Sin embargo, el alto comisionado para la Paz, Luis Carlos Restrepo, desmintió la versión. Aunque se mostró preocupado por el estado físico de Betancourt, Restrepo dijo que la noticia difundida por Pérez era sólo un rumor.
Las últimas pruebas de vida de Betancourt se conocieron el 24 de octubre pasado a través de un video y una carta. En la cinta, la política aparecía delgada y con la mirada perdida. Si esas imágenes ya eran impactantes, ahora la situación sería peor. Después de permanecer secuestrada durante más de seis años, las enfermedades de la rehén avanzaron, dijo ayer el defensor del Pueblo colombiano. “Se agravó su hepatitis B y padece de leishmaniasis”, señaló Vólmar Pérez, tras recibir unos informes que llegaron a la dependencia a su cargo. La leishmaniasis es una enfermedad selvática –transmitida por un mosquito llamado palomilla– que produce graves úlceras en la piel.
Asimismo, Pérez precisó que la ex candidata presidencial fue llevada el mes pasado a diversos establecimientos médicos de la ciudad de San José del Guaviare, capital del departamento de Guaviare, y del municipio de El Retorno. El área mencionada por el defensor fue escenario entre el 10 de enero y el 27 de febrero de la liberación de los rehenes de las FARC Clara Rojas, Consuelo González, Luis Eladio Pérez, Gloria Polanco, Jorge Géchem y Orlando Beltrán, gracias a la mediación del gobierno venezolano.
En estos días, el estado de salud de Betancourt había alimentado versiones sobre su posible liberación, ya que las FARC habían entregado a los cuatro rehenes debido a sus deterioradas condiciones físicas. Las negociaciones se interrumpieron después de que Uribe bombardeara a principios de marzo un campamento guerrillero en suelo ecuatoriano y matara a más de 25 rebeldes, incluyendo al número dos de las FARC, Raúl Reyes.
Por su alto perfil político y su doble nacionalidad franco-colombiana Betancourt es una pieza clave en las negociaciones para alcanzar un intercambio humanitario de rehenes por guerrilleros presos, iniciativa que impulsan el presidente venezolano Hugo Chávez, el gobierno francés y varios países de la región.
Mientras el esposo de la rehén sigue sobrevolando la selva arrojando fotos de sus hijos para levantarle el ánimo a su pareja, Pérez está coordinando una acción humanitaria junto a la gobernación de Guaviare para que le lleguen medicinas a Betancourt. “La información de que disponemos por lo menos hasta el mes de febrero es que su estado de salud es muy, muy delicado. Se han venido deteriorando sus condiciones físicas y de salud”, aseguró el funcionario.
Pérez no sólo habló de la ex candidata. El funcionario aseguró también que tiene información sobre el deterioro de la salud del ex congresista Oscar Lizcano, secuestrado en agosto de 2000. Un joven de 17 años que desertó la semana pasada de las FARC y se entregó al ejército había dicho que vio a Lizcano con problemas de salud, por lo que lo sería obligado a tomar medicinas. “A veces se siente uno como impotente para ayudar en un proceso de estas características”, dijo Pérez.
Pese a la versión del defensor, la situación de Betancourt no deja de ser un misterio. Así lo reconocieron miembros del gobierno colombiano. Fue el alto comisionado para la Paz, Luis Carlos Restrepo, quien relativizó las revelaciones de Pérez. “Pusimos en marcha todos los organismos de inteligencia del Estado, tratamos de entrar en contacto con las personas que traían estos rumores, pero nada de eso es cierto, nada de eso es sólido”, señaló Restrepo. “Por tal motivo, no les hemos dado mayor credibilidad a estos rumores”, agregó. La misma posición sostuvo luego el comandante del ejército, general Mario Montoya.
Mientras los familiares de la rehén prefirieron guardar silencio ayer, la viceministra del Interior y Justicia de Colombia, María Isabel Nieto, se mostró preocupada. “Nadie quiere que Ingrid muera”, manifestó, en respuesta a las declaraciones de Pérez.
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