El gobierno de la presidenta chilena, Michelle Bachelet, se prepara para lanzar un bono social para paliar la inflación que afecta a los sectores más pobres de la población. El anuncio lo hizo ayer el portavoz del Ejecutivo, el ministro Francisco Vidal, en un año en que se realizarán elecciones municipales.

Sin embargo, Vidal le bajó el tono al alcance del paquete social ante la presión de sectores políticos y empresariales que piden facilidades para encarar el menor dinamismo de la economía. “No se hagan expectativas de un anuncio espectacular, porque el país tiene responsabilidad”, advirtió el funcionario. El gobierno chileno trata de levantar su imagen después de la crisis en el sistema de transporte que el año pasado provocó protestas masivas. Ayer, el conflicto volvió a aflorar, cuando choferes pararon y fueron reprimidos.

Vidal no hizo más que reproducir lo que la presidenta le había adelantado. El miércoles, Bachelet encargó al ministro de Hacienda, Andrés Velasco, la búsqueda de soluciones para los sectores marginales. “Pronto vamos a anunciar una ayuda para los sectores de la población donde el bolsillo ha estado muy afectado”, dijo la presidenta.

Apenas comenzó la especulación de que el gobierno podría materializar esta ayuda a través de un bono directo, el ministro Vidal explicó ayer en Viña del Mar que el “volumen, la envergadura y características (de este plan) serán definidos por la presidenta”, por tanto siguen en estudio.

El anuncio, explicó Vidal a Radio Cooperativa, será confirmado por la propia Bachelet, cuya popularidad bordea en encuestas el 40 por ciento desde hace más de un año.

Asimismo, el portavoz fue enfático en que la población no debe esperar “medidas extraordinarias o espectaculares”, porque el país “tiene que ser responsable y no vamos a tirar la casa por la ventana”.

En otra señal de cautela, Vidal llamó a que “nadie se haga la idea de que hay una revolución de medidas (sino) es lo que hace permanentemente el gobierno”.

La frase respondía a las presiones de sectores oficialistas que exigen que el gobierno gaste parte de los 25 mil millones de dólares que tiene ahorrados en el exterior, producto de su política fiscal contracíclica.

Mientras tanto, La Moneda mostró su enojo luego de conocer los trastornos que provocó esta mañana las tomas de dos terminales de buses Transantiago, mantenidas esta mañana por un grupo de choferes en paro de las empresas Alsacia y Express, en Puente Alto y Maipú, respectivamente.

“Mal”, fue la primera expresión del ministro secretario general de Gobierno, Francisco Vidal, al ser consultado por la protesta. “Afectó a nueve comunas, ellos tienen derecho a sus reivindicaciones con sus empresas, pero también tienen una responsabilidad social frente a los ciudadanos”, agregó.