Habla con la tranquilidad y la frustración de quien no se hace demasiadas esperanzas. Desde que decidió encabezar la lista de candidatos de la izquierda italiana en Argentina y Sudamérica, Jorge Mancinelli aceptó que no llegará a sentarse en el Senado en Roma, al menos este año. “Nuestro proyecto es a futuro, es con la próxima generación de ciudadanos”, asegura, como justificando todo el trabajo puerta a puerta que hicieron en los últimos meses sus compañeros de lista y agrupaciones sociales argentinas que se solidarizaron con su causa. Mate de por medio, el candidato de la Sinistra L’Arcobaleno (Arcoiris) –de Refundación Comunista y Verdes– explicó por qué decidió meterse en la carrera a las elecciones del 13 y 14 de abril. “Nosotros ya hemos vivido la experiencia de pensar que hay que ganarle a Menem porque después todo va a estar mejor. Es una enorme mentira. Por eso si Berlusconi es o se parece a Menem, Veltroni es la Alianza en su versión más degradada”, aseguró.

–Gran parte de su campaña se basó en desmentir la imagen de centroizquierdista de Walter Veltroni, ¿por qué?

–Las declaraciones de Veltroni hacen pensar en un hombre que realmente está desubicado de la realidad y no sabe dónde está parado o en un gran oportunista. No-sotros ya hemos vivido la experiencia de pensar que hay que ganarle a Menem porque después todo va a estar mejor. Es una enorme mentira. Por eso si Berlusconi es o se parece a Menem, Veltroni es la Alianza en su versión más degradada.

–Pero compartieron una coalición con Veltroni hasta hace unos meses...

–Pero sufriéndolo... porque Prodi cae por personas como Veltroni. L’Unione tenía un buen programa y la gestión de Prodi fue digna. El gobierno cayó no por la debilidad de la coalición, sino por la deserción de sectores como los de Veltroni, que jugaron –aunque no puedo decir cómo ni cuándo– para llegar a un acuerdo con Berlusconi. Nadie que viene de la izquierda italiana dice de la noche a la mañana: Yo soy partidario del modelo bipartidario norteamericano.

–Las encuestas pronostican que la izquierda será minoría. ¿Van a estar tan lejos de Veltroni como de Silvio Berlusconi?

–Hay que ver... lo más seguro es que el que gane no va a sacar la mayoría necesaria para controlar el Senado. El Parlamento se va a configurar por dos fuerzas que confluyen en el centroderecha. Veltroni no es de izquierda, que quede claro. Por la derecha aparece Cassini, líder de la UDC y hombre del Vaticano, y por la izquierda el Arcobaleno.

–¿Y cómo va a moverse la izquierda en ese escenario?

–Lo que pasa es que en la coalición de Veltroni no todos comparten su posición de centroderecha. Puede haber puntos de acuerdo con algunos integrantes de su PD.

–En iniciativas concretas, ¿en qué apoyarían a Veltroni?

–Las tenemos que escuchar porque hasta ahora no presentó ninguna. El habla de la precarización laboral y propone elevar el salario mínimo, pero con eso no soluciona el problema.

–La reforma electoral va a ser un tema ineludible de cualquier gobierno, ¿cuál es su postura?

–Nosotros estamos por mantener la proporcionalidad, el sistema parlamentario y la Constitución italiana. El acuerdo Veltroni-Berlusconi gira alrededor de una reforma electoral profunda.

–Pero cuando la izquierda era parte del gobierno de Prodi apoyaba una reforma electoral que subiera el umbral para ingresar al Parlamento...

–Si sube el umbral electoral, eliminás la proporcionalidad y los partidos chicos.

>–Pero, ¿no consideran que el exceso de partidos chicos es un problema?

–La existencia de pequeños partidos es funcional a un esquema, sin dudas, y no es funcional a una democracia representativa.

–Los independientes dicen que su ventaja es que tienen más libertad.

–No tienen libertad de acción porque no tienen peso. ¿Qué peso puede tener un grupo de diputados o un senador?

–Prodi cayó por apenas cuatro senadores, uno de ellos italoargentino...

–Está bien, pero sólo es peso para negociar en una situación crítica. No tienen perspectiva política.