EL MUNDO
› LA CAPTURA DE DOS JEFES DE AL-QAIDA EN PAKISTAN
Uno te lo doy, el otro no
Por Matthew Engel
y Rory McCarthy
Desde Washington y Lahore
Funcionarios estadounidenses en Karachi dirigían anoche los interrogatorios de Ramzi Binalshibh, de quien se sospecha que es miembro de Al-Qaida, mientras proclamaban haber tenido grandes éxitos en la guerra contra el terrorismo, incluyendo la desarticulación de una presunta célula en el norte del estado de Nueva York. Pakistán dijo que había capturado otra importante figura de Al-Qaida, pero se negó a identificarla o a informar sobre su nacionalidad. Se especulaba que podría tratarse del jeque Khalid Mohammad, una figura mucho más importante de Al-Qaida, de quien los investigadores piensan que también ha estado escondiéndose en Karachi.
Binalshibh, un yemenita, fue descrito como un asesor de Mohammad, de quien se piensa que fue una figura clave en la planificación del 11. Mohammad, un kuwaití, también es buscado en relación con un plan frustrado en Manila en 1995 para atacar aviones estadounidenses mientras volaban sobre el Pacífico. Inicialmente, los policías que participaron de la batida en Karachi el miércoles pasado creyeron que habían matado a Mohammad durante el tiroteo de tres horas para lograr el control del edificio, en el que fueron muertos dos militantes islámicos. Funcionarios de inteligencia dijeron luego que la identificación había sido errónea. Pero se cree que Mohammad aún está en la ciudad, y que el grupo militante Jaish-i-Mohammad le habría dado apoyo y refugio desde los ataques al World Trade Center.
Binalshibh y Mohammad aparecieron juntos en una entrevista con la red televisiva árabe Al-Jazzeera, entrevistados hace varias semanas en un escondite en Karachi. Los dos discutieron en detalle la planificación de lo que describieron como los ataques del “martes santo” 11 de setiembre. Las autoridades paquistaníes dijeron que extraditarán a Binalshibh, pero no han decidido adónde. Alemania, que ha emitido una orden de arresto internacional contra el yemenita de 30 años, inicialmente manifestó interés en el sospechoso, pero anoche dijo que no pediría su extradición.
Un aparente nuevo éxito salió a la luz anoche con la confesión de Omar al-Faruq, arrestado en Indonesia hace tres meses y entregado a los interrogadores norteamericanos en Afganistán. Aparentemente, Al-Faruq se quebró la semana pasada y admitió ser el principal operador de Al-Qaida en el sudeste asiático, según la revista Time. La revista dijo que informaciones provistas por Al-Faruq sirvieron para poner en vigor las medidas de seguridad en la región la víspera del aniversario del 11.