Dos días antes de las primarias en Pennsylvania, la senadora Hillary Clinton logró ayer el respaldo de uno de sus más acérrimos críticos, mientras que su rival Barack Obama lanzó un anuncio televisivo en el que ataca a la ex primera dama. Los comicios en Pennsylvania, en los que están en juego 158 delegados se realizarán mañana y podrían definir la supervivencia electoral de Clinton.

En su peor momento, la senadora recibió el inesperado apoyo del dueño del diario Pittsburgh Tribune-Review, Richard Mellon Scaife, el mismo multimillonario que financió varias investigaciones millonarias de grupos y publicaciones de corte conservador en contra de la pareja Clinton.

En Pennsylvania, Hillary cuenta con el apoyo de la mayoría de la maquinaria demócrata del estado, entre ellos el gobernador Edward Rendell, de cien alcaldes de varias ciudades y localidades clave, y de doce legisladores estatales. Pero Obama ha logrado el respaldo de influyentes líderes como el senador Bob Casey, el legislador afroamericano Chakah Fattah, el legislador y veterano de la guerra de Irak, Patrick Murphy, y dos diarios de ciudades con fuerte presencia de la clase trabajadora.

En busca de votos, los dos precandidatos demócratas salieron a diferenciarse ayer. “Es una cuestión de liderazgo y yo les ofrezco un liderazgo con el que pueden contar”, prometió la senadora. Por su parte, Obama acusó a Clinton de impulsar una campaña difamatoria en su contra pagada con el dinero de cabilderos. “¿No es eso exactamente lo que necesitamos cambiar?”, dice un nuevo anuncio del senador. “Elíjanla como candidata porque ha estado en Washington más tiempo y sabe cómo jugar mejor el juego”, dijo Obama en tono irónico en un acto.