EL MUNDO › POR LA CRISIS ENTRE EL GOBIERNO DE EVO Y SANTA CRUZ
La Cumbre del Alba –Alternativa Bolivariana, antítesis del ALCA– se solidarizó con La Paz y condenó el autonomismo cruceño. Por otra parte, el Consejo de la OEA alertó sobre la posibilidad de que el conflicto desembocara en violencia.
El conflicto entre la oposición de Santa Cruz y el gobierno de Evo Morales traspasó las fronteras de Bolivia y se proyectó a la región. Un reflejo de ello fue la cumbre extraordinaria del ALBA que ayer tuvo lugar en Caracas para solidarizarse con Morales y condenar los planes opositores. “Que Estados Unidos saque sus asquerosas manos imperialistas de Bolivia. Si el imperio lo golpea y desestabiliza, estaría desestabilizando al Cono Sur completo”, advirtió el presidente de Venezuela Hugo Chávez, que se reunió con los gobernantes de Cuba, Nicaragua y Bolivia. En paralelo, el Consejo Permanente de la OEA también alertó del peligro de un estallido. “Es cierta la posibilidad de que el conflicto desemboque en violencia”, señaló el secretario de Asuntos Políticos Dante Caputo.
Morales no está solo. Así lo demostró ayer su aliado venezolano, que en menos de 24 horas convocó al mandatario de Nicaragua, Daniel Ortega, al vicepresidente cubano, Carlos Lage, y a Morales a la cumbre de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA). La razón, esgrimió el líder bolivariano, es que Bolivia está a punto de estallar. Desde hace meses y a contrapelo de la Constitución, la región opositora de Santa Cruz, la más rica de ese país, prevé celebrar el próximo 4 de mayo un referendo para aprobar su estatuto de autonomía, mientras que las regiones de Beni, Pando y Tarija planean consultas similares en junio.
Frente a ello, los líderes del ALBA firmaron una declaración de solidaridad con Bolivia y de condena a la tentativa cruceña. “Ratificamos el rechazo a los planes de desestabilización que buscan vulnerar la paz y la unidad de Bolivia, y denunciamos el intento separatista que se fragua a través de un pretendido referendo convocado en franca violación de la Constitución y las leyes bolivianas”, señala el documento que leyó Lage. De esta forma, se desconoció cualquier figura jurídica que pretendiese desprenderse del Estado de Bolivia, así como la intervención extranjera en ese país. “La actual crisis que afecta a Bolivia debe ser solucionada por los bolivianos, sin injerencias externas de ningún tipo”, añade el comunicado.
Luego, Morales agradeció el respaldo que recibió de los “países hermanos” y desafió al embajador norteamericano en La Paz por permanecer en silencio desde que comenzó el conflicto. “Raro que el único que no dice nada es el embajador de Estados Unidos. Quiero pedirle que diga de frente lo que piensa”, subrayó el mandatario en un llamado de solidaridad a la comunidad internacional, según informó el diario Erbol.
No es la primera vez que el líder boliviano se enfrenta con la embajada estadounidense. En Washington, donde participó ayer del VII Foro Permanente de Asuntos Indígenas de la ONU, Morales denunció una vez más la intervención norteamericana en su país. “Hay una intromisión abierta y descarada de Estados Unidos a través de su embajador. Mediante la Usaid (una agencia de cooperación) alienta a la oposición y sobre todo los ataques al gobierno”, apuntó. “Lo que quiere Santa Cruz no es la autonomía, sino voltear a Evo Morales”, afirmó el mandatario.
Si todos los dirigentes del ALBA acordaron en señalar que hay un proyecto de desestabilización contra el gobierno de Morales, fue Chávez quien le puso nombre y apellido al autor del presunto plan. “Es el imperio desesperado que busca retomar el control como lo tuvo en Bolivia hace mucho tiempo”, indicó. “Quiere frenar la integración sudamericana y escogió como blanco a Bolivia, el corazón geopolítico del Cono Sur”, dijo. Según el mandatario venezolano, en caso de profundizarse el conflicto en el Altiplano, se detendría el envío de gas boliviano a Argentina, Brasil y Chile. “Hay una situación de altísima fragilidad energética en el Cono Sur y el equilibrio tan inestable lo sostiene Bolivia”, señaló.
Mientras tanto, el Consejo Permanente de la OEA se reunió para recibir el informe de la delegación que en las últimas semanas visitó Bolivia para observar la situación política. El secretario de Asuntos Políticos del organismo afirmó que sólo Morales aceptó la oferta de la OEA de sentarse a negociar una solución a las diferencias antes del 4 de mayo, fecha del referendo autonómico de Santa Cruz. “Los prefectos no contestaron aún. Desean sentarse a negociar con el respaldo popular que les otorgará un referendo”, explicó. El problema, señaló el ex canciller argentino, es que eso podría derivar en un enfrentamiento violento.
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