La esposa del presidente iraquí, Jalal Talabani, se salvó por un pelo de un atentado con bomba en Bagdad, en el que fueron heridos sus guardaespaldas. Otra suerte fue la que corrieron unos 13 milicianos chiítas en Sadr City, al noreste de la ciudad, al fallecer en combates contra las fuerzas estadounidenses, que ayer sufrieron cinco bajas en uno de los peores ataques. Por su parte, el gobierno de Talabani dijo que investigará a Irán por su supuesta injerencia en Irak, después de reiteradas acusaciones de Washington contra Teherán por su presunta intervención en Bagdad.

Esta vez la muerte golpeó las puertas de la familia presidencial y pidió por la primera dama iraquí. Ayer por la mañana, cuando el convoy de Hero Ibrahim Ahmed, de 60 años, se encontraba cerca del Teatro Nacional, en el barrio de Karrada, en el centro de la capital, una explosión sacudió su vehículo. Ella salió ilesa, pero cuatro de sus guardaespaldas resultaron heridos, indicó Adel Kawiss, encargado de proteger a la esposa de Talabani.

“Una bomba estalló al paso del convoy de Hero Ibrahim Ahmed cuando se dirigía el domingo por la mañana al Teatro Nacional para asistir a un festival cultural”, señaló un comunicado oficial. La esposa del presidente es una mujer de negocios en el ámbito de la comunicación y es hija de Ibrahim Ahmed, uno de los fundadores del Partido Democrático de Kurdistán.

En Sadr City, feudo del líder radical Moqtada Sadr al nordeste de Bagdad, al menos trece militantes chiítas murieron desde el sábado en la noche en combates contra las fuerzas de Estados Unidos, según fuentes cercanas a los servicios de seguridad iraquíes. Desde finales de marzo, unidades estadounidenses e iraquíes están enfrascadas en violentos combates con milicianos chiítas del ejército del Mahdi, dirigido por el clérigo Sadr, muy poderoso en este barrio pobre de dos millones de habitantes. Los combates en Sadr City dejaron más de 900 muertos en abril de un total de 1073 iraquíes que murieron en todo el país, según cifras oficiales.

El ejército norteamericano también tuvo una jornada negra. Cinco marines perecieron al estallar una mina en la provincia de Al Anbar, cuando viajaban en un vehículo en el oeste de Irak, en el ataque más sangriento de los últimos meses contra sus tropas en esta región, considerada como pacificada.