EL MUNDO › EL ESPAñOL ENTIENDE LAS RAZONES DEL ENOJO DE ECUADOR CON COLOMBIA
“Nunca he tenido ninguna duda” sobre el rol de Quito en el conflicto (colombiano), señaló el jefe de gobierno español. Además del tema FARC, Correa se preocupó por la suerte de la comunidad inmigrante ecuatoriana ahora que Madrid endurece las leyes.
› Por Oscar Guisoni
Desde Madrid
José Luis Rodríguez Zapatero le ha dado ayer su respaldo al presidente ecuatoriano Rafael Correa al afirmar que a él no le consta que Colombia haya presentado pruebas que vinculen a Ecuador con la guerrilla de las FARC. La visita del mandatario latinoamericano a Madrid abre su gira europea, en la que pretende “desmontar la campaña de desprestigio” que ha emprendido Colombia al describir su país como un santuario guerrillero. En una entrevista publicada ayer por el diario francés Le Monde, el presidente ecuatoriano afirmó además que los contactos entablados con las FARC para liberar a Ingrid Betancourt “se perdieron” luego del ataque que acabó con la vida del número dos de la organización armada, Raúl Reyes, llevado a cabo por fuerzas colombianas en territorio ecuatoriano. Correa afirmó que Ecuador estaba a punto de obtener la liberación de la ex candidata presidencial colombiana cuando tuvo lugar el incidente.
Rafael Correa comenzó su gira por el Viejo Continente con la intención de limpiar la imagen de su país antes de que el próximo viernes comience en Lima la V Cumbre de Jefes de Estado de América latina y la Unión Europea. En la reunión de poco más de una hora que ayer mantuvo con Rodríguez Zapatero, el presidente ecuatoriano no sólo abordó la espinosa cuestión de las FARC, sino que además se preocupó por la suerte de la comunidad inmigrante ecuatoriana, la más numerosa entre los latinoamericanos, ya que cuenta con casi 400 mil residentes legales en el país y un cálculo estimado de 50 mil sin papeles. Corren tiempos duros para los inmigrantes en España y los ecuatorianos son una de las comunidades más afectadas por las nuevas restricciones que pretende imponer el país a los que pisen su territorio sin contar con un permiso legal de residencia.
Los hidrocarburos, como era de esperarse, también ocuparon su lugar en la agenda. La renegociación de los contratos con las compañías petroleras que ha propuesto el gobierno de Correa ha fastidiado a Repsol-YPF, la principal empresa de capital español presente en Ecuador, que ha anunciado una reducción de su producción a causa de la supuesta “incertidumbre” legal en la nueva normativa que propone el gobierno.
Antes de reunirse con Zapatero, Correa había manifestado en una entrevista que no teme el informe que está preparando la Interpol con datos de la supuesta computadora de Reyes encontrada luego del ataque que acabó con la vida del número dos de la guerrilla. “En mi vida he conocido a nadie de las FARC. Bombardean y después de bombardear encuentran motivos para el bombardeo, que supuestamente es una supercomputadora rescatada del ataque. Documentos apócrifos dicen que hemos tenido relación con la FARC, pero después de habernos arrojado bombas”, afirmó el presidente ecuatoriano. Rodríguez Zapatero le terminó dando un fuerte respaldo al afirmar que nunca he “tenido absolutamente ninguna duda” sobre el rol de Ecuador en el conflicto, afirmando que entiende las razones del ecuatoriano para estar indignado y sus ansias de “querer responder y aclarar”.
Con este espaldarazo Zapatero trata de disipar la mala imagen que dejó la última cumbre iberoamericana realizada en Chile, que se saldó con el ya mítico “¿Por qué no te callas?” del rey Juan Carlos al venezolano Hugo Chávez, que puso de manifiesto que las tensiones entre la península y la región se han acentuado, sobre todo con los países que ponen en cuestión el rol que juegan las empresas de capital español en áreas sensibles como los servicios públicos y la extracción de materias primas. El gesto de Zapatero ayer hacia Correa confirma también que su administración mantendrá la línea en su política hacia América latina, una línea que la diplomacia española califica de “tolerante” con las nuevas realidades sociopolíticas del continente y que se vio ratificada también con la confirmación en el nuevo gobierno socialista del canciller Miguel Angel Moratinos. Una política que se compone de un mix muy criticado por el opositor Partido Popular, ya que por un lado hace un guiño cómplice hacia los gobiernos considerados más díscolos, como los de Hugo Chávez, Evo Morales y el propio Rafael Correa, grupo en el que los medios de comunicación españoles incluyen cada vez más a menudo a la presidenta argentina, Cristina Kirchner, a la que acusan de “hostigar” a las empresas españolas, al tiempo que trata de negociar en las mejores condiciones posibles el nuevo marco jurídico y legal en el que deben moverse estas compañías en el actual mapa político latinoamericano. Resta ahora por ver si la próxima cumbre de Lima sirve, como espera la diplomacia madrileña, para despejar el mal sabor que dejó el último encuentro en Santiago de Chile.
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