EL MUNDO › EL GARANTE DE LA PC DE REYES
Al director de Interpol lo persigue su pasado en la dictadura pinochetista. Arturo Herrera nunca fue procesado ni acusado por crímenes de lesa humanidad. Su nombre tampoco aparece en la lista de represores elaborada por las Comisiones de la Verdad. Sin embargo, nadie sabe a ciencia cierta qué hizo en la policía durante los 27 años de la dictadura, excepto que trabajó en los departamentos de Asuntos Extranjeros (control de los aeropuertos), Inteligencia y Homicidios. Recientemente, el presidente Hugo Chávez lo acusó de haber ayudado a exhumar cuerpos de desaparecidos y tirarlos al mar en 1979.
El gobierno de Michelle Bachelet no dudó ni un segundo en apoyar a su director de la Policía de Investigaciones e incluso la vicepresidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, Mireya García, salió en defensa del jefe policial. “No tenemos ninguna información que confirme esa denuncia”, dijo García, respondiendo a las acusaciones lanzadas por el presidente venezolano. “Según un informe, Herrera está implicado en la llamada operación ‘Retiro de televisores’, ordenada por Augusto Pinochet y que consistió en el encubrimiento de las violaciones de los derechos humanos durante la dictadura”, había dicho Chávez. Su objetivo no era simplemente de-senmascarar a Herrera, sino erosionar la credibilidad de Interpol, encargada de dar el informe sobre las computadoras de Raúl Reyes.
Cada vez que un periodista, un dirigente opositor o un presidente extranjero cuestiona las denuncias basadas en las supuestas computadoras de Raúl Reyes, el gobierno colombiano saca a relucir el certificado de la Interpol. Dos semanas atrás, la organización internacional garantizó que los contenidos de las computadoras –que demostrarían los vínculos entre Venezuela, Ecuador y las FARC– no habían sido adulterados. El dictamen fue suficiente para Estados Unidos y la Unión Europea, pero no así para Hugo Chávez. El presidente venezolano decidió entonces atacar a la organización y, principalmente, a su presidente.
Según una investigación publicada en el sitio de Internet chileno Ciper, Herrera trabajó muchas veces codo a codo con el general retirado Raúl Eduardo Iturriaga, el entonces jefe del Departamento Exterior de la DINA y uno de los responsables de los atentados contra Carlos Prats y su esposa, en Buenos Aires, y Orlando Letelier y su secretaria en Washington.
Herrera habría sido su hombre en los aeropuertos. Según Ciper, el ahora presidente de Interpol les daba vía libre para entrar y salir del país sin problemas, y para detener a personas en los aeropuertos sin dejar registros. En aquella época, 1976, empezaba a ponerse en práctica la Operación Cóndor, como se conoció la coordinación represiva de las dictaduras latinoamericanas.
Aunque no se conozcan con exactitud sus pasos durante la dictadura, algo habrá hecho bien porque al volver la democracia Herrera había escalado lo suficiente para ser nombrado director de la Policía de Investigaciones. Desde ese cargo incluyó la materia Derechos Humanos en la carrera policial, pero también les quitó recursos y apoyo a las investigaciones sobre la represión de la dictadura.
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