EL MUNDO › EL SUPER PREMIER SE REUNIO CON SARKOZY PARA NEGOCIAR CON LA UE
› Por Pilar Bonet *
Desde Moscú
Vladimir Putin no se resigna a ser un simple primer ministro de Rusia y, a juzgar por la visita que emprendió ayer a Francia, sigue actuando como si fuera un presidente y abordando asuntos internacionales que, en la lógica de la Constitución, más bien corresponderían al jefe del Estado.
París es el destino del viaje más importante realizado por Putin en calidad de primer ministro, el segundo tras un breve desplazamiento a Bielorrusia para asistir a una cumbre de jefes de gobierno postsoviéticos. Kazajistán y China han sido los primeros y hasta ahora únicos destinos oficiales de Dmitri Medvedev como presidente. Sería normal que el jefe de Estado fuera también el primero en viajar a la Unión Europea (UE), que esta semana ha aprobado el mandato para negociar un nuevo acuerdo de cooperación con Rusia (en sustitución del que expiró en diciembre de 2007). Francia será el próximo presidente de turno de la UE.
Medvedev no ha formulado su visión de la política europea de Rusia, que Putin consideró como una prioridad durante su presidencia, concluida el 7 de mayo. Según la Constitución rusa, el presidente es responsable de determinar “las directrices básicas de la política exterior” y de dirigirla, así como de mantener conversaciones y firmar acuerdos estatales. Al jefe de gobierno, que tiene un perfil más bien económico, le corresponde “la puesta en práctica de la política exterior”.
En París Putin se entrevistó con el primer ministro François Fillon y después acudió al Elíseo para cenar con el presidente, Nicolas Sarkozy. Como posibles temas de debate con el presidente francés, fuentes gubernamentales, citadas por la agencia oficial ItarTass, mencionaban las relaciones de Rusia con la OTAN “en el contexto del posible ingreso de Georgia y Ucrania en la Alianza”, las armas convencionales en Europa y la instalación de elementos del escudo antimisiles norteamericano. La agencia puntualizaba que el viaje de Putin respondía a una invitación formulada por Sarkozy el pasado octubre.
La visita de Putin a Francia “se sale del marco del primer ministro” y ha causado verdadera “alarma” en el Ministerio de Exteriores francés, según Kommersant. “Todos comprenden que no es sólo un primer ministro”, señalaba el periódico y agregaba que ninguno de los proyectos de cooperación que Putin debía debatir en Francia exigía un debate político de alto nivel. Según el analista Andrei Fiodorov, el viaje da motivo para reflexionar sobre el nuevo modelo de poder que se ha formado en Rusia. El problema, señalaba, es la “eficacia del tándem Medvedev-Putin”. Si resulta que la política exterior rusa tiene “dos cabezas diferentes”, esto va a “confundir definitivamente a Occidente y no le permitirá realizar una política normal y previsible en relación con Rusia”, opinaba Fiodorov. Según él, la funcionalidad de un modelo basado en “dos cabezas” es “muy difícil o quizás imposible”.
No sólo los extranjeros están confundidos. El 10 por ciento de los ciudadanos rusos cree que Putin sigue siendo presidente y el 4 por ciento no sabe quién es el jefe de Estado, según una encuesta del centro VTSIOM. Las imágenes que la televisión da de Putin ayudan ciertamente a confundir, ya que éste ha sido mostrado sentado en el sillón de Medvedev (con el permiso de éste, aparentemente) en el Kremlin y citando a altos ejecutivos del sector energético en la localidad de veraneo de Sochi, en el mar Negro, mientras Medvedev recibía a unos deportistas en Moscú.
* De El País de Madrid. Especial para PáginaI12.
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