EL MUNDO › MURIERON ONCE SOLDADOS PAQUISTANíES CERCA DE LA FRONTERA AFGANA
Islamabad responsabilizó a Washington por un ataque aéreo teledirigido. Se informó que el ataque tuvo lugar en medio de choques entre las fuerzas de la coalición de Estados Unidos y los militantes del talibán paquistaní.
› Por Omar Waraich *
Desde Islamabad
Las relaciones entre Washington y el nuevo gobierno de Islamabad recibieron un duro golpe después de que Pakistán denunciara el “asesinato cobarde y no provocado” de once soldados en un ataque aéreo cerca de la frontera afgana. El ataque, que tuvo lugar en las áreas tribales y se cree que fue llevado a cabo por aviones teledirigidos, probablemente tense los lazos entre el ejército paquistaní y el estadounidense y profundice el resentimiento público del rol de Pakistán en la llamada guerra contra el terrorismo.
En su mayor protesta expresada hasta ahora, el ejército de Pakistán dijo que el ataque en Mohmand, que mató a miembros de una fuerza paramilitar de frontera, “había golpeado la base de la cooperación” en la lucha contra la amenaza terrorista. Dijo que se reservaba “el derecho a proteger a nuestros ciudadanos y soldados contra la agresión”. Yousaf Raza Gillani, el recientemente electo primer ministro que dirige la frágil coalición del gobierno, le dijo al Parlamento de Pakistán: “Defenderemos nuestra soberanía, integridad y autorrespeto, y no permitiremos que nuestro suelo sea atacado”.
El gobierno ha estado tratando de lograr tratados de paz con los líderes tribales y militantes en la frontera y en el valle Swat, una acción que molestó a Kabul y a los comandantes de la OTAN, en Afganistán, que dicen que llevará a un aumento de ataques en el cruce de frontera. Mientras que se cree que los ataques aéreos de Estados Unidos han matado a civiles paquistaníes y posiblemente a tropas y la responsabilidad fue asumida por los mismos paquistaníes por motivos políticos, la condena de ayer de Islamabad abrió una nueva brecha.
Los detalles precisos todavía anoche se estaban dando a conocer. Los soldados muertos, incluyendo un oficial, eran miembros de la fuerza policial de frontera encargada de un puesto fronterizo en el pueblo de Gora Prai. Se informó que el ataque tuvo lugar el martes por la tarde, en medio de choques entre las fuerzas de la coalición de Estados Unidos y los militantes del talibán paquistaní.
En una declaración emitida desde Afganistán, la coalición liderada por Estados Unidos dijo que había disparado artillería y desplegado aviones teledirigidos en respuesta a un ataque de las “fuerzas antiafganas”. Agregaba que había informado al ejército paquistaní que estaba bajo ataque cerca de donde habían muerto los soldados. Un vocero del talibán paquistaní dijo que ocho de sus combatientes habían muerto después de que lanzaran un ataque.
Talat Masood, un general retirado convertido en analista liberal, dijo que la muerte de los soldados “ayudaría a la propaganda de los militantes” y que seguramente “profundizaría la hostilidad pública ya existente hacia Estados Unidos”. “Para Pakistán, representa una pérdida de soberanía y demuestra impotencia”, añadió. “A pesar de la cooperación pública entre los dos países, el episodio refleja un nivel de desconfianza y falta de seguridad. Muestra que Estados Unidos no confía en la inteligencia de los paquistaníes, insistiendo en que serán ellos quienes atacarán, en lugar de dejarnos atacar a nosotros”.
El martes, el almirante Mike Mullen, jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, advirtió que los líderes de Al Qaida en las áreas tribales estaban planeando nuevos ataques sobre blancos estadounidenses y criticaban a Pakistán por no eliminarlos. Sus comentarios llegaron cuando la Rand Corporation, un think-tank con sede en Estados Unidos fundado por el Departamento de Defensa, declaró que los agentes paquistaníes y los miembros de la policía de frontera estaban ayudando a los talibán –una acusación que niega Pakistán–.
El compromiso de Islamabad en la tarea de derrotar a Al Qaida y a los militantes talibán dentro de su territorio, que se ha cobrado la vida de más de 1000 soldados paquistaníes, se ha vuelto profundamente impopular entre la población. Los opositores al presidente Pervez Musharraf sostienen que ha llevado a extender los ataques terroristas a las grandes ciudades.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para PáginaI12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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