Mar 01.07.2008

EL MUNDO  › BUSH CONSIGUIó 162 MIL MILLONES PARA LA GUERRA EN IRAK Y AFGANISTáN

“Fondos vitales para nuestros soldados”

Los fondos, que fueron aprobados también por los demócratas, incluyen al Plan Mérida para México y Centroamérica.

George W. Bush firmó ayer leyes para financiar la guerra de Irak y Afganistán. La iniciativa, que incluye fondos para el plan Mérida de lucha contra el narcotráfico en México y Centroamérica, aprueba el gasto de 162.000 millones de dólares y le asegura al presidente de Estados Unidos el dinero suficiente para continuar los conflictos bélicos hasta el final de su mandato, el 20 de enero de 2009. Después de meses de enfrentamiento con los republicanos, los demócratas apoyaron el proyecto que promulgó la Casa Blanca en una jornada en la que los candidatos presidenciales intercambiaron acusaciones en torno a la cuestión militar. “Con esta legislación, enviamos un claro mensaje a los que están en el frente de que nuestra nación continúa apoyándolos”, dijo Bush tras firmar el documento.

El presidente norteamericano se mostró más que satisfecho ayer al convertir en ley el texto que otorga nuevos fondos a las fuerzas de ocupación de Estados Unidos. “Les debemos a estos valientes estadounidenses nuestra gratitud y apoyo inquebrantable. La mejor manera de demostrárselos es darles los recursos que necesitan para cumplir con sus trabajos y para triunfar. La ley que firmé hace exactamente eso”, aseguró.

La norma aprobada también incluye 465 millones de dólares para la Iniciativa Mérida en 2008, por la que Estados Unidos ayudará a México y a los países centroamericanos en la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado. El plan de Washington es proporcionar un total de 1600 millones a lo largo de tres años.

Con una mochila menos sobre la espalda, el mandatario felicitó al Congreso, donde contó con el visto bueno de la oposición demócrata. “Aprecio que los republicanos y demócratas en el Congreso acordaran aportar estos fondos vitales sin atar las manos de nuestros comandantes y sin un calendario artificial para la retirada de Irak”, señaló.

A pesar de poseer la mayoría de legisladores, el partido del candidato demócrata Barack Obama renunció a incluir en las leyes un calendario de retirada de las tropas de ambas guerras. Bush se limitó a evocar vagamente la cuestión al destacar los supuestos avances en materia de seguridad en Irak. “Nuestras tropas han sacado a muchos terroristas y extremistas de muchos bastiones en Irak. Hoy, la violencia está en su nivel más bajo desde marzo de 2004. Como resultado de este progreso, las tropas están volviendo”, consignó.

Pero el proyecto aprobado no le salió gratis al gobierno estadounidense. A cambio, Bush y los republicanos tuvieron que aceptar la propuesta demócrata de que parte del dinero se destinara a mejorar las prestaciones que reciben los veteranos de ambos conflictos, a compensar los daños por las recientes inundaciones en el Medio Oeste y a incrementar levemente los beneficios para los desempleados.

La legislación llama al gobierno iraquí a gastar en su reconstrucción la misma cantidad de dinero que los contribuyentes estadounidenses y prohíbe que Washington utilice estos fondos para establecer bases permanentes en Irak.

En momentos en que la guerra sigue sumando rechazos en la opinión pública norteamericana, la política militar de Estados Unidos se convirtió en un punto clave de las elecciones de noviembre y ayer no dejó de estar presente en la campaña de Barack Obama y la de su rival republicano, John McCain. Ambos bandos se enfrentaron luego de que el asesor militar de Obama, el general retirado Wesley Clark, pusiera en duda la capacidad de McCain de conducir las fuerzas armadas y el gobierno.

“Fue un héroe, para mí y para millones de otros en las Fuerzas Armadas, como preso de guerra. Y viajó por todo el mundo. Pero no tuvo responsabilidad de gobierno”, dijo el domingo Clark en el programa Face the Nation, de la cadena CBS. “No estuvo ahí para ordenar que se tiraran bombas. No creo que pilotar un caza y ser derribado sea una cualidad para ser presidente”, añadió.

Las declaraciones del asistente del senador demócrata cayeron como una bomba en las filas del candidato republicano, quien hace gala de su pasado como piloto de la Marina de Estados Unidos y de sus años como prisionero de guerra en Vietnam, donde dice que fue torturado. “Recurrió a lo más bajo en política”, denunció indignado el director de la campaña de McCain, Rick Davis. El propio senador republicano salió a pronunciarse. “Este tipo de cosas no son necesarias, y estoy orgulloso de lo que hice”, dijo. Luego llamó a su rival demócrata a distanciarse de Clark, uno de los posibles candidatos a la vicepresidencia estadounidense.

Obama no pudo esquivar el bulto. En un discurso en la localidad de Independence, en Missouri, el senador demócrata dijo que amaba a su país y reconoció el pasado del líder republicano. “Nunca cuestionaré el patriotismo de otros en esta campaña, y no me quedaré parado cuando escuche a otros cuestionar el mío”, dijo. “Para aquellos que, como John McCain, han padecido tormentos físicos en servicio a nuestro país no es necesaria más prueba de ese sacrificio”, destacó, en medio de aplausos del público.

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