EL MUNDO › LOS RESCATISTAS DE INGRID SE VALIERON DEL EMBLEMA PARA ENGAñAR A LA GUERRILLA
Cuando la evidencia ya no se podía refutar más, el presidente colombiano admitió el engaño ayer y le pidió disculpas a la organización humanitaria. Dijo que uno de los oficiales lo hizo porque se puso nervioso al ver a tantos guerrilleros.
› Por Katalina Vásquez Guzmán
Desde Medellín
Levantando el brazo derecho y en voz alta, el presidente de Colombia, Alvaro Uribe, reconoció ante las cámaras de televisión que el ejército del país usó emblemas del Comité Internacional de la Cruz Roja en el operativo de rescate de Ingrid Betancourt y otros catorce secuestrados en poder de las FARC, hace dos semanas. El mismo Uribe, los comandantes militares y hasta Ingrid Betancourt aseguraron que ni el helicóptero ni los “rescatistas” llevaban emblema alguno. Mintieron y ayer tuvieron que aceptarlo, dejando un sinsabor sobre el carácter del operativo –que entonces podría considerarse un crimen de guerra– en la organización Cruz Roja y la comunidad internacional. En Colombia, sin embargo, la legitimidad de la operación y la favorabilidad de Uribe siguen más fuertes que nunca.
La denuncia sonaba desde pasados tres días del operativo. La cadena noticiosa CNN denunció en su sitio en Internet, el 4 de julio, que en “fotografías y videos sin publicarse claramente se muestra un hombre usando el emblema de la Cruz Roja”. En la cadena local de televisión Caracol, por su parte, se publicó el video oficial de la operación Jaque, que el mismo gobierno colombiano divulgó. Los periodistas congelaron la imagen de perfil de uno de los militares donde se observa parcialmente el logotipo de la organización humanitaria. Pero el gobierno continuó negándolo.
El vicepresidente de Colombia, Francisco Santos, afirmó hasta la mañana de ayer que los rumores sobre el uso del emblema eran falsos. A la tarde, Uribe lo desmintió, lo disculpó y pidió perdón él mismo. “Pedimos al Comité Internacional de la Cruz Roja que nos perdone”, dijo rodeado de los más importantes militares del país. “Asumo la responsabilidad”, remató el presidente después de explicar que el “error” se dio por el “nerviosismo” de uno de los militares. “Este oficial, al confesarles ese error a los altos mandos, ha dicho que cuando el helicóptero se aprestaba a aterrizar vio tal cantidad de guerrilleros que se puso en una situación de mucho nerviosismo, que temió por su vida y que sacó el pedazo de tela con los símbolos del Comité Internacional de la Cruz Roja que llevaba en su bolsillo y lo puso sobre su chaleco”, relató con amable expresión en el rostro el presidente.
Luego, se puso serio para contar que, como el oficial militar reconoció el “error” ante sus superiores “y dados otros elementos jurídicos no lo vamos a juzgar”. El auditorio lo aplaudió. La popularidad de Uribe y el reconocimiento a los militares por devolver a la libertad a Betancourt, tres norteamericanos y once militares y policías, está al máximo. La opinión pública lo favorece y al parecer seguirá apoyando al presidente Uribe. Aun con la muerte del jefe guerrillero Raúl Reyes en Ecuador, la popularidad de Uribe creció significativamente, pese a que se sabía que había violado leyes internacionales. Además, para la mayoría de personas en Colombia el concepto de Derecho Internacional Humanitario no es muy claro.
Ya muchos han salido en defensa de la operación. El fiscal general Mario Iguarán les dijo a los medios que en ningún momento se cometió perfidia, pues no se utilizaron dichos símbolos para hacerle daño al enemigo. Para unos pocos el tema debe investigarse, pues el uso de dichos emblemas es una clara violación a los tratados internacionales. Esto podría disminuir la confianza en la neutralidad en dichos organismos y podría dificultar su labor en el país. Además sería preocupante que se siga aplicando el sistema de violar la ley internacional primero y pedir disculpas después.
Por su parte, la Cruz Roja manifestó, en un comunicado de prensa del 8 de julio, que “quiere dejar en claro que no recibió ninguna solicitud ni participó en la operación que culminó con la liberación de 15 personas en poder de las FARC-EP (...) El CICR opera de manera neutral e independiente sin ningún acompañamiento armado y siempre con la aprobación y las garantías de seguridad de todas las partes concernidas”. Ayer, la organización recordó que “el emblema de la Cruz Roja tiene que ser respetado en todas circunstancias y no puede ser usado de manera abusiva”, en un comunicado de tono suave para con las autoridades colombianas.
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