EL MUNDO › TRAS EL NUEVO VIDEO DEL RESCATE DE INGRID
Los militares colombianos que rescataron a los quince rehenes de las FARC, entre ellos Ingrid Betancourt, pasaron de héroes a sospechosos en menos de 24 horas. “Los errores se pueden perdonar máximo cuando son de buena fe o inducidos por el temor, pero la mentira en una investigación de esa importancia no se puede perdonar porque se le hace un daño imperdonable al país”, advirtió ayer el presidente Alvaro Uribe. El martes un canal de Bogotá difundió un video que demostraba que los militares habían planeado desde el principio utilizar el logo de la Cruz Roja Internacional y de los canales Telesur y Ecuavisa, de Quito, para engañar a los guerrilleros. “Parece haber sido un deliberado uso abusivo e indebido del emblema de la Cruz Roja”, destacó ayer la ONG en un nuevo comunicado.
La Cruz Roja ya había cuestionado el uso de su símbolo durante la operación militar. Sin embargo, después de una reunión con funcionarios del gobierno colombiano y de una disculpa pública de Uribe, la ONG emitió un segundo comunicado, en el que, aunque no disculpaba el hecho, daba por terminado el asunto. Pero la filtración de nuevas evidencias sobre el operativo provocó una tercera reacción de la organización, que denunció la violación del Convenio de Ginebra. “Hemos solicitado más aclaraciones sobre lo que exactamente sucedió”, afirmó el comunicado difundido ayer.
La única respuesta que dio el palacio presidencial de Nariño fue negar todo. Según declaró el canciller Jaime Bermúdez, ni Uribe ni el jefe de las fuerzas armadas y responsable directo del operativo, el general Mario Montoya, sabían que existía un video. “Nosotros lamentamos profundamente que al presidente y al gobierno no se les haya dado toda la información en su momento. Ustedes saben que el presidente ha asumido desde el principio con claridad la responsabilidad sobre estos hechos”, aseguró. El funcionario adelantó que en los próximos días se reunirá con autoridades de la Cruz Roja para intentar restablecer la confianza.
Mientras tanto, el gobierno intentará mejorar su imagen investigando a los nueve militares que participaron de la falsa misión humanitaria que habría engañado a un grupo de guerrilleros de las FARC para que les entregaran a los rehenes en julio pasado. El martes a la noche Uribe se mostró indignado por las “mentiras” de los militares, especialmente porque, según contó, uno de ellos le juró por la vida de su hijo que sólo sacó el brazalete con el símbolo de la Cruz Roja a último momento, cuando se puso nervioso.
Ese oficial, prometió el mandatario, será sancionado y no recibirá la Cruz de Boyacá, una de las condecoraciones que se había ganado por rescatar a la secuestrada más famosa del mundo, Betancourt, a los tres estadounidenses y a once militares.
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