EL MUNDO › ENTREVISTA EXCLUSIVA CON DAVID CHOQUEHUANCA, MINISTRO DE RELACIONES EXTERIORES DE BOLIVIA
El canciller boliviano afirma que la victoria del presidente Evo Morales en el referéndum del domingo pasado representa un voto a la unidad. Y subraya que priorizarán el diálogo con la oposición para resolver las diferencias.
› Por Diego González
Desde La Paz
Además de canciller boliviano, David Choquehuanca es uno de los principales intelectuales indígenas aymaras del gobierno de Evo Morales. Desde allí arma su constelación de verdades, teje estrategias geopolíticas y difunde al mundo la cosmovisión andina. Para un occidental, esa perspectiva distanciada del frío idioma de la diplomacia internacional suena chocante. Y él es consciente de eso. Y justamente por eso reincide: “El presidente varias veces ha planteado que lo que nosotros queremos es la salvación del planeta Tierra. Nuestra madre Tierra está herida de muerte. Si nosotros, sus hijos, no hacemos nada lo que le pasa a nuestra madre puede pasarles también a sus hijos”, explica. Pero Choquehuanca, inevitablemente inmerso en la delicada coyuntura política nacional, también se manifiesta en esta entrevista con voz calma y pausada sobre la nueva correlación de fuerzas producto de los resultados del referéndum revocatorio del 10 de agosto, en el que Morales salió ratificado con un apoyo del 67,41 por ciento de los votos. A su vez, habla de la injerencia estadounidense en la política interna y en lo que respecta a la potencial candidatura de Néstor Kirchner a la secretaría general de Unasur, mantiene sus reservas a la par que promete un apoyo en caso de que los rumores sean oficialmente confirmados.
–¿Cómo leen desde el gobierno los resultados del referéndum?
–El presidente obtuvo un apoyo de más de dos tercios, más que los prefectos. Y a pesar de que han tratado de evitar el referéndum, el pueblo se ha impuesto porque lo que se quiere es la unidad del país, resolver los problemas de manera pacífica y democrática. A pesar de una situación adversa éste es un apoyo total al proceso de cambio, al proceso de recuperación de los recursos naturales. Hay gobiernos en la región que no tienen más del 15 por ciento de aval, pero tienen de su lado al 95 por ciento de los medios de comunicación. Acá es exactamente al revés.
–El mismo domingo, al momento de los festejos, desde la Plaza Murillo se escucharon pedidos de mano dura al gobierno. ¿Se hicieron eco de esos reclamos?
–Nosotros pertenecemos a la cultura de la paz, de la vida. Siempre tenemos que dialogar, comunicarnos. Sólo así podremos garantizar el equilibrio que buscamos entre las personas, las comunidades y la naturaleza. Nuestro presidente Morales, en su mensaje del 10 de agosto, convoca al diálogo. Pero en caso de que esta vía no prospere tenemos otros instrumentos. La ley faculta a utilizar la fuerza pública y tenemos la obligación de garantizar la libre circulación y los derechos humanos. No puede ser que autoridades del gobierno central no puedan ir a Santa Cruz, a Sucre o a Tarija. Tampoco vamos a permitir eso.
–Una de las lecturas que se puede realizar de los resultados del domingo pasado es que ambos polos salieron fortalecidos. ¿Cuál es la estrategia para derrotar esta situación de paridad?
–No es tan así. Al haber obtenido más de dos tercios, el presidente descarta el empate catastrófico. Cada vez el pueblo va tomando conciencia de que este proceso de cambio tiene que seguir avanzando y es un mensaje para todos de que este proceso no tiene vuelta atrás.
–Ante un hipotético avance separatista de la llamada Media Luna, ¿cómo estima que reaccionarán los países del continente?
–En primer lugar, el pueblo boliviano no lo va a permitir ya que cuando se descubran las verdaderas intenciones de estos grupos de poder perderán todo el apoyo. Insisto en que en estas últimas elecciones se ha votado por la unidad; el pueblo no quiere la separación, la violencia. Entonces el pueblo será el que salga a defender la unidad. Este es un camino corto y cada día el pueblo analiza y se da cuenta de que son pocos los que tienen estas oscuras intenciones.
–Ya en el plano internacional, ¿cómo considera que influirá este nuevo escenario interno en los países de la región?
–Este proceso de cambio se está tomando como un ejemplo no sólo en Latinoamérica, sino también en Europa. Usted va a encontrar muchos textos que no están en castellano, de investigadores alemanes, estadounidenses, franceses, que buscan modelos de desarrollo, de sociedad. Somos uno de los países más estudiados del mundo. Es que nuestra propuesta va más allá de Bolivia, lo que queremos es una hermandad continental, mundial.
–Este tipo de planteos supone una ruptura con la lógica occidental imperante en la diplomacia internacional. ¿Cómo ve Bolivia al mundo?
–El mundo está en crisis. Estamos hablando de varias crisis de diferente tipo. Cuando los presidentes se encuentran hablan de crisis energética, crisis institucional, solicitan cambios en la ONU, en la OMC, hay crisis del cambio climático, alimentario, financiero. Y estos desequilibrios no sólo afectan a las personas, sino que este modelo de desarrollo occidental ha generado varios desequilibrios entre los hombres y la naturaleza. Lo que se está dando en Bolivia es algo nuevo. Nosotros no buscamos lo que busca el desarrollo, que pretende vivir mejor. Nuestro programa de gobierno busca el vivir bien, que no es lo mismo. Son cosas que vamos planteando no solamente a nivel interno, sino que van más allá de Bolivia. El presidente varias veces ha planteado que lo que queremos es la salvación del planeta Tierra. Nuestra madre Tierra está herida de muerte. Si nosotros, sus hijos, no hacemos nada, lo que le pasa a nuestra madre puede pasarles también a sus hijos.
–El viernes asumió Fernando Lugo en lo que se espera sea un proceso de cambio en Paraguay. ¿Cuáles son las expectativas y cómo serán las relaciones entre ambos gobiernos?
–En estos dos últimos años la relación ha sido bien activa. Sin embargo, el hecho de que un presidente como Lugo entre va a ayudar a que este proceso de integración se consolide. Este es un espacio de integración de nuestras empresas y de nuestros pueblos. Después de más de 60 años de manejo de una clase política muy cuestionada por su pueblo, sobreviene un gobierno de cambio. Así como en Bolivia hay terratenientes, en Paraguay también los hay y el presidente anunció que gobernará para los desposeídos, para los marginados. Estamos en tiempos de cambios, de movimientos sociales, de los pueblos.
–Respecto de la posible candidatura de Néstor Kirchner como secretario general de Unasur, ¿cuál es la postura del gobierno boliviano?
–Cuando se aprueba el estatuto constitutivo uno de los candidatos a ocupar la secretaría general era Kirchner, pero parece que en ese momento no se animó. Nosotros hemos presentado, con el apoyo de Chile, Brasil, de Uruguay y de Argentina, a un candidato que es el embajador Pablo Solón y seguimos con esta candidatura. Pero si es como lo han difundido por estos días algunos medios de comunicación y Kirchner acepta la secretaría general de Unasur, tiene nuestro total apoyo. Aún no es nada oficial.
–¿Cómo están las relaciones con EE.UU.?
–Nosotros queremos mantener buenas relaciones con todos los países del mundo, una relación con respeto a la soberanía, de no intromisión. Antes había una relación de sometimiento con EE.UU., pero ellos van entendiendo poco a poco que éste es un gobierno que no va a aceptar esas condiciones. Porque por más pequeños que seamos, somos dignos.
–En la última reunión con el subsecretario de Estado de Asuntos Hemisféricos de EE.UU., Thomas Shannon, trascendió que el presidente entregó algunas pruebas sobre la injerencia de EE.UU. en política interna...
–En esa conversación el presidente cuestionó el trabajo de la cooperación de EE.UU. Demostró cómo EE.UU. utiliza estos programas para desestabilizar y trabajar contra el proceso de cambio. Hay funcionarios de estas agencias que hacen un trabajo sucio contra Morales. Tenemos nombres y apellidos de algunos líderes de algunas regiones a los que les han ofrecido dinero. Entonces ellos se comprometieron a analizar estos puntos. Hoy estamos en eso mientras convocamos a esos dirigentes que son objeto de manipulaciones a que las denuncien para tomar las correspondientes medidas.
–¿Tienen entonces pruebas concretas?
–Es un asunto que estamos tratando por vía diplomática. Pero algunos casos son de conocimiento público, como fue el tema de un becario norteamericano al que le han propuesto que realice espionaje.
–En resumen, ¿cuál es el escenario del futuro cercano de Bolivia?
–Con los dos tercios podríamos implementar varias medidas. Pero no lo vamos a hacer. Vamos a priorizar el diálogo para resolver nuestras diferencias. En cuanto a las acciones ilegales que algunos sectores quieren implementar, no van a tener el apoyo de la población. Lo que ahora viene es esta demanda histórica que es la Asamblea Constituyente. Se tiene que aprobar, se tiene que someter a referéndum el texto que el 15 de diciembre 2007 ha sido entregado al presidente para que sea el soberano quien decida si este nuevo texto va adelante o no. Como ha habido una propuesta de estatutos autonómicos, el presidente está dispuesto a compatibilizar ambos textos. Esto sucede porque todos lo bolivianos queremos darnos la posibilidad de construir una Bolivia para todos. Estamos en ese proceso y ojalá estos espacios de diálogo que ha abierto Morales tengan una acogida entre los prefectos y que entiendan el mensaje que ha dado el pueblo. Si no, el pueblo es sabio y dicen que la voz del pueblo es la voz de Dios.
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