Jue 21.08.2008

EL MUNDO  › EL EMBAJADOR RUSO PRESENTó UN PROYECTO DE RESOLUCIóN ALTERNATIVO

Portazo de Rusia en la ONU

Moscú exige que la resolución del Consejo de Seguridad –del que es miembro permanente con derecho a veto– recoja los seis puntos del acuerdo de paz elaborado por París y que no haga mención a la integridad de Georgia.

› Por Sandro Pozzi *

Desde Nueva York

La partida entre Rusia y Occidente por la crisis de Georgia se juega también en el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU), donde el lenguaje y el tono se han endurecido en los últimos días. Moscú rechazó ayer el texto de resolución elaborado por Francia, en el que se exige la retirada inmediata de Georgia. El embajador ruso ante Naciones Unidas, Vitali Churkin, aseguró que el texto final debe incluir los seis puntos, y no sólo dos, del acuerdo de alto el fuego elaborado por el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, y firmado después por Moscú y Tiflis. “La Federación Rusa no puede apoyarlo”, advirtió Churkin.

Menos de 24 horas después, el embajador ruso presentó en Nueva York su propio proyecto de resolución. “Hoy (por ayer) hemos decidido volver a encarrilar al Consejo de Seguridad y por ello hemos presentado un proyecto de resolución que reproduce palabra por palabra los seis puntos del plan de paz del presidente Sarkozy y el presidente (Dmitri) Medvedev”, dijo Churkin.

Los patrocinadores de ambos proyectos de resolución no revelaron sus planes: cuándo someterán a votación sus textos, si es que lo hacen, ni cuáles serán los pasos para lograr el consenso que garantice su éxito. Rusia, China, Estados Unidos, Francia y Reino Unido tienen derecho de veto. Sin su apoyo o abstención no hay resolución posible. El problema de fondo del borrador elaborado por los franceses –además de la exigencia de una retirada “plena” e “inmediata” a las posiciones anteriores a la crisis, que también afecta al ejército georgiano–, es que en él se reafirma el compromiso de los países por respetar la soberanía, independencia e integridad territorial de Georgia “dentro de sus fronteras reconocidas internacionalmente”, es decir, incluyendo las regiones separatistas de Osetia del Sur y Abjasia.

El Kremlin considera que el ataque georgiano del 6 de agosto contra la capital de Osetia del Sur ha creado una nueva realidad en la que hay que tener en cuenta la opinión de surosetios y abjasios, ambos protegidos de Moscú. Alejandro Wolff, número dos de la embajada de EE.UU. ante la ONU –los titulares están de vacaciones–, advirtió a Churkin de que no hay margen para debatir sobre la partición de Georgia.

El embajador ruso explicó ayer ante el Consejo de Seguridad que la operación de retirada de sus tropas estará completada mañana y se declaró sorprendido por el contenido del borrador presentado por Francia, en el que ve pruebas de las maniobras propagandísticas de la OTAN. Wolf le replicó en una declaración ante los periodistas: “Han pasado varios días desde que se firmó el acuerdo (de seis puntos) y no vemos señal alguna de una retirada significativa de las tropas rusas”.

El número dos de la representación francesa, Jean-Pierre Lacroix, insistió en ese punto: “Las fuerzas rusas deben retirarse de inmediato”. Considera Lacroix que ésta es la condición “indispensable” para poder avanzar con rapidez a una solución duradera del conflicto. El francés aprovechó la sesión de consultas del martes para calificar la intervención rusa en Georgia de “brutal” y “desproporcionada” y culpar al Kremlin de haber creado un foco de inestabilidad en Europa, que amenaza la paz de la región e introduce tensiones serias a las relaciones internacionales. En medio de los problemas que tienen los países occidentales para encontrar una solución diplomática, esencial para el futuro despliegue de unas fuerzas de paz, sorprende la ausencia en Nueva York del secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, que no interrumpió sus vacaciones a pesar de la escalada bélica en el Cáucaso. El surcoreano, que es el rostro visible del organismo, se ha limitado a hacer pública su preocupación a través de comunicados.

Los ministros de Finanzas del Grupo de los Siete (G-7, las principales potencias industriales: Alemania, Canadá, EE.UU., Francia, Reino Unido, Italia y Japón) mostraron el miércoles en Washington su disposición a asistir a Georgia en el proceso de reconstrucción económica del país y preservar la confianza en su sistema financiero. El G-7 pide al FMI, al Banco Mundial y a otras instituciones internacionales que contribuyan a la recuperación de Georgia.

* De El País de Madrid. Especial para PáginaI12.

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