La débil coalición de gobierno de Pakistán se quebró con el abandono ayer de la Liga Musulmana de Pakistán Nawaz (PML-N), liderada por Nawaz Sharif, el segundo mayor partido de la alianza, por las diferencias que mantenía con el Partido Popular de Pakistán (PPP), representado por Asif Zardari –viudo de Benazir Bhutto– sobre la restitución de los jueces destituidos por el ex presidente Musharraf.

En rueda de prensa tras una reunión del comité central de la Liga-N en Islamabad, Sharif anunció que su partido se retira del gobierno y que presentará un candidato propio a la votación presidencial del 6 de septiembre. El candidato escogido, que competirá por el puesto con el líder del PPP, Asif Zardari, es el ex jefe del Tribunal Supremo Saeed-uz–Zaman Siddiqui, que en 1999 se negó a jurar su cargo ante el golpista Mu-sharraf cuando expulsó a Sharif del gobierno. Según el ex primer ministro, la Liga se vio “obligada” a retirarse del Ejecutivo tras el incumplimiento de compromisos por parte del PPP y lo hacía con “profunda tristeza”. “Hemos intentado todo lo posible para salvar la coalición, para que la democracia floreciese en el país, pero todos los esfuerzos han fallado”, afirmó Sharif.

Sharif acusó a Zardari de haber incumplido su compromiso de restaurar a los 60 jueces del Tribunal Supremo, entre ellos el jefe del Tribunal Supremo Iftikhar Chaudry, expulsados en 2007 por Musharraf “inmediatamente” después de la salida del poder del ex presidente. Zardari no se definía en cuanto a su compromiso hasta terminar declarando, este fin de semana, que los acuerdos no son, en política, “sagrados como el Corán” y pueden modificarse si cambian las circunstancias.

Con un argumento idéntico al que usó Musharraf para echarlos, el viudo de Bhutto acusó a los jueces de haberse “politizado”. Zardari se mostraba reacio a que Chaudry recuperara el cargo, por temor a que anulara la amnistía que le concedió Mu-sharraf sobre cargos de desfalco que se le imputaban. El presidente del Colegio de Abogados del Supremo y miembro del PPP, Aitzaz Ahsan, declaró ayer que la paciencia del colectivo se ha acabado y anunció protestas contra su partido para el próximo día 28. La Liga-N quería un candidato “neutral” para la presidencia, pero se disponía a apoyar a Zardari a cambio de la reincorporación de los jueces y el recorte de los poderes del presidente, al que la Constitución permite disolver el Parlamento. Siddiqui es el candidato “neutral” con el que la Liga espera entrar en la carrera presidencial, a la que también tiene previsto postular un candidato la Liga Musulmana-Q, el partido que apoyó el régimen de Musharraf. La Liga-Q se reunió ayer a tal efecto en Islamabad. El plazo para presentar candidaturas expira hoy a mediodía. Otras dos formaciones minoritarias, el Partido Nacionalista Awami (ANP, representante de los pastunes (laicos) y el religioso Jamiat Ulema-i-Islam (JUI-F), forman parte del gobierno. El líder de la ANP, Asfandyar Wali, que apoyó la candidatura de Zardari como presidente, comentó ayer que “la retirada de Sharif no fortalecerá la democracia” paquistaní. El clérigo Fazlur Rehman, jefe de la JUI-F, que antes había apoyado a Zardari, condenó ayer sus declaraciones sobre el valor de los acuerdos políticos que, dijo, han creado un clima de “desconfianza” que hace más difícil seguir en coalición con el PPP.

Esta ruptura de la coalición deja al país de 165 millones de habitantes de nuevo en una situación tambaleante debido al estancamiento político y económico que genera, dificultando además enormemente los esfuerzos para combatir la militancia extremista islámica.