EL MUNDO › MOSCú IGNORA LAS PRESIONES DE EE.UU. Y LA UE
El presidente Medvedev reconoció con dos decretos la independencia de Abjasia y Osetia del Sur de Georgia. Además, revisará la cooperación con la OTAN.
› Por Rodrigo Fernández *
Desde Moscú
El presidente ruso, Dimitri Medvedev, firmó ayer sendos decretos por los cuales Rusia reconoce la independencia de Abjasia y Osetia del Sur. La decisión significa un empeoramiento aún mayor de las relaciones con Estados Unidos y la Unión Europea. Al ignorar las presiones internacionales para no reconocer a esas regiones separatistas de Georgia, el Kremlin ha optado por el aislamiento. Moscú también anunció la revisión de la cooperación con la OTAN y la cancelación de la visita de su secretario general, así como las maniobras conjuntas previstas. Sin embargo, las medidas que limitan las relaciones con la Alianza no afectarán la colaboración en Afganistán.
Georgia reaccionó a los decretos rusos de inmediato por boca del secretario del Consejo Nacional de Seguridad, quien calificó de “ilegal” el reconocimiento de las regiones prorrusas Osetia del Sur y Abjasia, cuyas ambiciones separatistas desencadenaron este mes una breve guerra entre Rusia y Georgia. Por su parte, el viceministro de Exteriores, Guiga Bokeria, dijo que la decisión rusa equivalía a la “anexión descarada” de esos territorios georgianos, mientras el presidente Mijail Saakashvili convocaba una reunión del consejo de seguridad para estudiar la situación creada.
Medvedev subrayó que Saakashvili “eligió el genocidio para resolver sus objetivos políticos”. Con ello, él mismo echó por tierra “las esperanzas de una convivencia pacífica de osetios, abjasios y georgianos en un mismo Estado”. El líder ruso hizo un llamamiento a los otros países a seguir el ejemplo de Rusia y reconocer a ambas regiones separatistas. Abjasia y Osetia del Sur gozaban de una independencia de facto desde principios de los ’90, después de ganar sendas guerras desencadenadas por el gobierno georgiano para acabar con la autonomía que éstas tenían en la Unión Soviética. “La decisión ha sido difícil, pero ésta es la única posibilidad de salvar la vida de la gente”, concluyó Medvedev.
El presidente ruso afirmó más tarde que su país está preparado para todo, que no tiene miedo de nada, ni siquiera de una “nueva guerra fría”. “Eso sí, no la queremos –subrayó–. En esta situación, todo depende de nuestros socios en Occidente. Si quieren conservar las buenas relaciones con Rusia, comprenderán las razones de nuestra decisión”, señaló, agregando que Moscú sobrevivirá si “los occidentales” optan por “la confrontación”.
El Kremlin gana ahora dos países satélites, uno de los cuales tiene una importancia estratégica vital para Rusia. Se trata de Abjasia y particularmente de su codiciada costa en el mar Negro. Después de la desintegración de la URSS, el Kremlin perdió gran parte del litoral en ese mar y tuvo que mantener su flota en Crimea, que hoy pertenece a Ucrania. Y este país cada día le está poniendo más problemas a la armada rusa.
* De El País de Madrid. Especial para PáginaI12.
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