El presidente paraguayo Fernando Lugo amenazó con llamar a un referéndum si los senadores no terminan de pelear y se ponen a trabajar. Ayer la Cámara de Senadores volvió a ser escenario de insultos, ironías y portazos. El ex presidente Nicanor Duarte Frutos llegó a ocupar su banca durante unas horas, pero el oficialismo se negó a reconocerle el status de senador pleno. Finalmente, visiblemente frustrado se levantó y se fue con su troupe. Pero no sin antes lanzar una amenaza. “No es una advertencia, pero el Partido Colorado es un partido grande; tenemos capacidad de movilización y esta lucha no la vamos a dejar”, dijo al dejar el recinto junto al presidente de la Cámara y su aliado, el oviedista Enrique González Quintana. El oficialismo, la izquierda y los colorados disidentes siguieron en sesión, aunque sólo de forma simbólica.

La bancada oficialista sigue sosteniendo que el presidente les dio libertad de acción para librar una batalla contra el ex mandatario colorado. Sin embargo, Lugo parece haber perdido la paciencia. “Necesito un Parlamento serio; creo que está perdiendo el tiempo, lastimosamente, sin debatir los grandes temas nacionales”, dijo en una entrevista televisiva el miércoles a la noche. “Supongamos que este Congreso, pasan dos meses, tres meses, y siguen en lo mismo. Voy a preguntar a la ciudadanía: ¿ése es el Congreso que ustedes votaron? ¿El Congreso que nos merecemos los paraguayos? ¿Que le estemos pagando y no nos den resultados?”, explicó el ex obispo.

Mientras que sus legisladores prefirieron no entrar en un cruce verbal con el presidente, la oposición se burló de la propuesta. “Paraguay no es Bolivia”, dijo con su tradicional ironía Duarte Frutos. “Además el presidente tiene que entender que el Parlamento es muy importante, crucial para que sus promesas se ejecuten”, agregó, en lo que sonó como una segunda amenaza.

Desde que asumió el 1º de julio pasado, el nuevo Congreso está trabado por la disputa de la banca de Duarte Frutos. Según la bancada oficialista, la Constitución establece que los ex presidentes deben ser senadores vitalicios, es decir, que tienen una banca en la Cámara alta, pero sin voto ni incidencia en el cálculo del quórum. A pesar de ellos y gracias al apoyo de una justicia calificada de adicta por la oposición, Duarte Frutos se presentó como candidato a senador y arrasó. El presidente de la Cámara, el oviedista Quintana, le tomó juramento esta semana, pero el oficialismo se niega a reconocer el juramento, ya que se hizo sin el quórum necesario.