Evo Morales le puso fecha al referéndum sobre la Constitución. El presidente, mediante un decreto, estableció que los bolivianos decidan el próximo 7 de diciembre si aprueban o no la nueva Carta Magna. Ese día también habrá elecciones para elegir a los prefectos de La Paz y Cochabamba, cuyos titulares perdieron el puesto en el referéndum revocatorio del 10 de agosto. El texto constitucional había sido aprobado por la Asamblea Constituyente en diciembre de 2007, pero estaba parado por la resistencia de los prefectos opositores.

La convocatoria a la consulta popular se hizo por decreto. “Se decreta fijar la fecha del referendo nacional constituyente, dirimitorio y aprobatorio para el 7 de diciembre de 2008”, leyó el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, en el Palacio Quemado de La Paz. La medida de Morales llegó luego de que la Corte Nacional Electoral le entregara el cómputo final del plebiscito que recientemente lo ratificó en el cargo con el 67,41 por ciento de los votos. Además de los ministros y mandos militares, participaron del anuncio decenas de sindicatos campesinos y obreros afines a Morales.

Junto a la votación de la Constitución, los bolivianos deberán votar la extensión de los latifundios expropiables, asunto que quedó sin acuerdo en la Asamblea Constituyente. También se elegirán consejeros departamentales y subprefectos en los nueve departamentos del país.

El miércoles, las autoridades de cinco departamentos opositores se habían reunido en la zona del Chaco para ratificar el bloqueo de rutas y anticipar su rechazo al referéndum. “En caso de que el gobierno quiera imponer el ilegal referéndum, los cinco departamentos (Santa Cruz, Beni, Pando, Tarija y Chuquisaca) no admitirán su realización en sus territorios”, había advertido el prefecto tarijeño, Mario Cossío.

Por su parte, los movimientos sociales, campesinos e indígenas que respaldan al gobierno socialista en los últimos días venían reclamando la convocatoria con insistencia. Varias organizaciones se enteraron de la noticia en el valle de Huajchilla, en el sur de La Paz, donde se había reunido para respaldar al gobierno en su llamado a la consulta popular.