EL MUNDO › UN VICE MUY FAMILIERO
› Por David Usborne *
Desde Denver
Si el miércoles demostró algo, fue que el mayor aporte que traerá Joe Biden a la campaña presidencial de Barack Obama no será su reconocida y elogiada experiencia, sino su humanidad. Fuera desde el público en el Pepsi Centre o desde el sillón hogareño, era imposible no notar la personalidad de Biden. El candidato a vicepresidente tiene sus emociones a flor de piel, especialmente cuando se trata de su familia.
Por eso el senador de Delaware subió al escenario llorando, después de ser presentado por su hijo, Beau, el fiscal general de Delaware y reservista del ejército, que pronto tendrá que partir por una temporada a Irak. ¿Vieron el abrazo que se dieron? Fue la postal perfecta de un momento entre padre e hijo. Los estadounidenses saben que Biden habla mucho, pero es una falla que están dispuestos a tolerar si sus palabras vienen del corazón. Y es en eso, más que en cualquier otra cosa, en lo que Biden puede ayudar a Obama. El joven senador de Illinois, aunque un gran orador, siempre se muestra inmutable, confiado en su inteligencia.
Biden cumplió con lo que todos esperaban y habló de política internacional, el tema que más conoce y en el que seguramente ayudará al joven Obama. El senador de Delaware hizo énfasis en los asuntos en los que su compañero de fórmula coincide con la opinión pública –Irak, Afganistán, Irán y Georgia– y aprovechó para cuestionar al candidato republicano John McCain.
Como esperaban sus compañeros demócratas, demostró que no dudará en atacar a McCain. No importa lo bien que se lleven fuera de la arena política o las horas que trabajaron juntos en el Senado. El miércoles dedicó gran parte de su discurso a criticar la postura del candidato republicano en los temas internacionales más calientes. “Eso no es un cambio”, decía después de cada frase y el público le respondía: “Es más de lo mismo”. El vice de Obama logró ser presentado a los norteamericanos como un hombre de emociones. Beau recordó cómo su madre y la primera esposa de Biden, Neilia, murió en un accidente de autos al poco tiempo que su marido, de sólo 29 años, había sido elegido por primera vez para ocupar una banca en el Senado.
Biden no termina de encajar en la promesa de cambio de Obama. Pero sus raíces populares ayudarán a atraer a los trabajadores de clase media, que Obama parece no terminar de convencer. Biden es visto como un hombre que “entiende su dolor”, mucho mejor que Obama.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
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