Mié 09.10.2002

EL MUNDO  › EE.UU. NO SABE COMO PROBAR LAS ACUSACIONES CONTRA IRAK

Cuando George W. se va de boca

Hay malestar en EE.UU. porque los informes de inteligencia no permiten sostener las denuncias del presidente sobre Saddam.

Por Suzanne Goldenberg y Julian Borger
Desde Washington

Las repercusiones sobre la retórica del presidente norteamericano George W. Bush respecto a un eventual ataque a Irak siguen siendo negativas en Francia y Rusia, dos miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU. El premier francés Jean-Pierre Raffarin criticó la “versión demasiado simple de la guerra entre el bien y el mal” que Bush aplica al conflicto iraquí; Rusia mantuvo su negativa a aceptar la propuesta de Estados Unidos que endurece las exigencias al retorno de los inspectores de desarme a Bagdad. En el interior de la administración Bush existe cierto escepticismo sobre las denuncias del presidente sobre la capacidad iraquí para fabricar armas nucleares y los vínculos de Saddam Hussein con Al- Qaida. Entretanto, un infante de la marina estadounidense fue muerto y otro herido ayer por los disparos de dos presuntos militantes kuwaitíes que abrieron fuego contra las tropas norteamericanas durante los ejercicios de entrenamiento de rutina; ambos atacantes fueron muertos.
Las autoridades kuwaitíes describieron de “ataque terrorista” el de la isla de Failaka, pero el Pentágono no lo confirmó y dijo que no había ninguna amenaza de un golpe. “Este es un incidente terrorista”, declaró el Ministerio del Interior kuwaití. No dijeron si los dos atacantes eran islamistas radicales, pero los identificaron como Ana Al-Kandari, de 21, y Jassem Al-Hajri, de 26. Los agentes del Pentágono informaron que un grupo de 150 marines se encontraba realizando una misión de entrenamiento de dos semanas en la isla en el Golfo cuando fueron atacados con armas de fuego por dos civiles. Las fuerzas militares estadounidenses han usado regularmente la isla para maniobras desde la Guerra del Golfo, y el de ayer era un ejercicio de rutina, sin conexión con los preparativos de Washington para un eventual ataque contra Irak. La isla está cerrada a los civiles, excepto a los que trabajan allí. No quedaba claro si los dos kuwaitíes trabajaban en Failaka.
De acuerdo con la información disponible, las fuerzas estaban usando municiones de entrenamiento, y el Pentágono dijo que el ataque de los dos kuwaitíes no fue incitado. “Hubo información sobre un camión tipo pick-up blanco, pero no era claro si los dos atacantes estaban dentro o fuera”, declaró el vocero del Pentágono, Daniel Hetlage. Además dijo que las autoridades kuwaitíes habían recuperado del vehículo tres rifles AK-47 así como municiones. Sin embargo, quedó el interrogante de si las armas fueron usadas contra los marines o cómo los dos kuwaitíes fueron muertos si las fuerzas norteamericanas no estaban usando municiones reales. Un helicóptero se llevó a los dos marines hacia el hospital de Estados Unidos en la ciudad de Kuwait, donde uno de ellos murió y el otro estaba siendo tratado por las heridas de su brazo. Al menos 31 kuwaitíes que se encontraban en el área fueron arrestados por la policía local para interrogarlos. Igualmente, no se pensó que tuvieran conexión.
El discurso del presidente George Bush contra Saddam Hussein, televisado para la nación norteamericana en la noche del lunes, se sustentó en una lectura a veces enteramente falsa de la información de inteligencia disponible en Estados Unidos, dijeron ayer analistas y funcionarios de la administración Bush. Agentes en la CIA, el FBI y el Departamento de Energía están puestos bajo una intensa presión para que produzcan informes que vayan en la línea de las acusaciones de Bush respecto a la posibilidad de que Saddam Hussein esté construyendo hasta una bomba atómica. En respuesta, algunos cumplen, otros se resisten y otros optan por mantenerse callados. En su discurso, el presidente reaseguró a los ciudadanos norteamericanos que una acción militar no era “inminente o inevitable”, pero por otro lado delineó en detalle la fecha para un uso de la fuerza, cuando se volviera necesario.
Pero algunos de los argumentos claves contra el régimen iraquí no se basaron en la inteligencia disponible de la administración, sino que Bush insistió con el alegato, que ya utilizó con altos miembros de suadministración, de que Irak ha intentado importar tubos de aluminio “de gas centrífugo, que son usados para enriquecer el uranio de las armas nucleares”. El premier británico Tony Blair mencionó los tubos en su informe presentado al Parlamento el mes pasado. Sin embargo, los expertos del gobierno norteamericano en armas nucleares han sugerido que era más probable que los utilicen como parte de armas convencionales.
Existe ya un considerable escepticismo entre los funcionarios de la inteligencia norteamericana acerca de las declaraciones de Bush sobre los vínculos entre Irak y la red terrorista Al-Qaida. En su alocución el presidente norteamericano se refirió al “alto jefe de Al-Qaida que recibió tratamiento médico en Bagdad este año”. Una fuente de inteligencia dijo que el hombre al que aludió era Abú Musab Zargawi, quien fue arrestado en Jordania en 2001 por formar parte en el “complot del milenio” de bombardear lugares turísticos allí. Luego fue liberado y viajó a Irak en busca de tratamiento médico. Pero las llamadas telefónicas interceptadas no sugieren ninguna cooperación orgánica entre Osama bin Laden y el gobierno iraquí.
También hay escepticismo entre los expertos de la inteligencia norteamericana sobre la aseveración de Bush de que “Irak ha entrenado a miembros de Al-Qaida en el armado de bombas y venenos y gases mortíferos”.

De The Guardian, de Gran Bretaña, especial para Página/12.
Traducción: Mercedes López San Miguel.

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