EL MUNDO
“La sangre no llega al río”
El presidente Eduardo Duhalde consideró ayer que no se agravará la tensión bélica en Medio Oriente, a pesar de las insistentes amenazas del gobierno de Estados Unidos contra el régimen iraquí de Saddam Hussein. “Yo creo que la sangre no va a llegar al río”, opinó Duhalde, al ser consultado sobre la actitud de George Bush, quien ayer pidió a los norteamericanos que lo apoyen para atacar a Irak. En una conferencia de prensa, el presidente evaluó que “después de los trágicos acontecimientos vividos, Estados Unidos tomó una decisión muy firme y creo que está presionando para que Irak abra sus puertas y permita inspecciones a fondo sobre sus hipotéticos arsenales”. Duhalde recordó que, tras los atentados del 11 de setiembre del 2001, el gobierno de Bush inició una ofensiva diplomática, con declaraciones públicas y visitas a organismos y líderes mundiales para buscar apoyo en su intento de derrocar a Saddam. Bajo la bandera de la lucha contra el terrorismo, Bush pretende continuar con la lucha contra Saddam iniciada por su padre en 1991 cuando atacó a Irak en la Guerra del Golfo. Entonces, el gobierno de Carlos Menem, del que Duhalde era vicepresidente, envió tropas para apoyar la ofensiva estadounidense.