Dom 26.10.2008

EL MUNDO  › CIENTOS DE MILES DE MANIFESTANTES EN RECHAZO DE SUS REFORMAS EDUCATIVA Y MIGRATORIA

Protesta masiva contra Berlusconi

Ante una multitud en Roma, el líder del Partido Democrático, Walter Veltroni, criticó el manejo que hizo el gobierno de la crisis y su falta de vocación para profundizar la integración de Europa. El centroizquierda recobra la iniciativa.

La oposición en Italia no está muerta. Con un acto multitudinario en el centro antiguo de Roma, Walter Veltroni, el ex rival electoral de Silvio Berlusconi, dijo presente y rechazó que la izquierda estuviera a punto de desaparecer. “Esta es la manifestación más grande que haya convocado un partido reformista”, aseguró con una satisfacción que no mostraba desde la campaña. Según los organizadores, dos millones y medio de italianos se movilizaron desde todo el país; para la policía capitalina, los simpatizantes del Partido Democrático (PD) superaban apenas los 200 mil. Más allá del número, el centroizquierda italiano consiguió ayer recuperar el protagonismo que había perdido en los últimos meses.

El centro antiguo de Roma, donde una vez se erigió el Circo Máximo, se vistió ayer de verde, rojo y blanco. Decenas de miles de banderas, globos y carteles del PD decoraban una multitud que se perdía a lo lejos. En el centro, arriba del escenario y delante de una pantalla gigante, Veltroni revivía sus buenas épocas antes de la derrota electoral de abril pasado. “Señor presidente del Consejo de Ministros, la democracia no es un consejo de administración de una empresa”, le apuntó directamente a Berlusconi. “Hay crisis. Es cierto que llega de Estados Unidos; pero nadie tiene coartada ni excusa. Sobre todo no la tiene la derecha, que durante años ha difundido a manos llenas tres toxinas, culturales y políticas”, sostuvo.

La primera es el “individualismo desenfrenado”. No todas las reglas son un obstáculo, sostuvo el ex alcalde de Roma, ganándose el primer aplauso generalizado de la tarde. La segunda, continuó, es la “hostilidad” contra la integración europea. “Es obvio: en Europa, crecimiento y cohesión social van unidos. Existe un horizonte que llama a moverse en un sistema de reglas y responsabilidades comunes”, explicó. Por último, agregó, la primacía de las finanzas por sobre todo lo demás. “Nos dicen: los haremos ricos porque el dinero por sí solo multiplica el dinero, todos tendrán su árbol de monedas de oro en el campo de los milagros”, dijo y su gente lo acompañó con risas.

A pesar de la popularidad de Il Cavaliere –las últimas encuestas le otorgan una imagen pública favorable del 62 por ciento–, ayer no había un militante del PD con cara de preocupado. Ancianos disfrazados como niños, jóvenes vestidos como señoras paquetas y nostálgicos arropados con banderas del Che Guevara fueron algunas de las postales de la fiesta de la oposición. Estaban felices de haber salido de su ostracismo.

“Querido hijo, tu mamá manifiesta por vos”, rezaba el cartel que llevaba colgado una mujer de unos cincuenta años. Con una expresión de orgullo que le brotaba de los ojos, la madre italiana gritó hasta quedarse afónica cada vez que Veltroni criticó la reforma educativa del gobierno conservador. “La derecha ha creado la cultura del vacío. No le interesa la escuela porque para ella la escuela es la televisión”, señaló el ex candidato a primer ministro.

La educación se convirtió en el tema obligado esta semana. Desde el lunes, los centros de estudiantes de todo el país ocuparon los colegios secundarios y las universidades. Cerraron los candados y en varias regiones incluso salieron a las calles para hacerse escuchar. En Bari, miles de jóvenes escenificaron un cortejo fúnebre por la muerte de la universidad pública.

Si eso no fue suficiente, los números difundidos por los sindicatos de los docentes terminaron de aterrorizar a gran parte de la clase media italiana. Según sus cálculos, la reforma de Berlusconi supondrá cerca de 90 mil despidos en los próximos tres años, recortará ocho mil millones de euros al presupuesto educativo y bajará la calidad de la enseñanza con el anunciado regreso a la vieja fórmula del maestro único, frente a la actual de los tres maestros cada dos clases.

“Italia necesita modernizar algunos de sus servicios como los colegios, la universidad y la salud, pero no como quiere Silvio Berlusconi. No busca más que desmantelar el servicio público, cerrar escuelas, suprimir profesores”, exclamó Gianni Mazzoni, un seguidor de Veltroni que viajó desde Módena, en el norte del país.

La reacción de Berlusconi no se hizo esperar. “Una oposición que quiere hacer algo por el país debería haberse aliado con nosotros. La oposición sale a la calle cuando deberíamos estar unidos frente a la crisis”, cuestionó el premier desde Beijing, donde participa de la cumbre entre los países asiáticos y la Unión Europea.

Lejos de proponer un acercamiento, Veltroni utilizó su relanzamiento para prometer que dará pelea. “Recordemos siempre que es posible otra Italia, la haremos juntos.”

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