EL MUNDO › UNA ELECCIóN EN LA QUE EL VOTO LATINO ES CLAVE
Son 34 los hispanos que compiten por un lugar en la Cámara de Representantes en Washington; 66 los que tratarán de mantenerse o convertirse en senadores estatales y 237 los candidatos a asambleístas.
› Por Gerardo Albarrán de Alba
Desde México, D. F.
En las que podrían ser una de las elecciones más reñidas en la historia de Estados Unidos, el voto latino no sólo es disputado en las elecciones de hoy por los candidatos presidenciales, el demócrata Barack Obama y el republicano John McCain, sino por 337 candidatos a representantes federales, así como a senadores, asambleístas o representantes en congresos locales en 37 estados.
De acuerdo con la National Association of Latino Elected and Appointed Officials (Naleo), en los últimos 20 años el voto latino es buscado cada vez con mayor fervor por los candidatos y se ha convertido en un factor a considerar en la dirección política de Estados Unidos. Este dato suele considerarse importante a nivel federal, particularmente en elecciones presidenciales tan cerradas como la de hoy, en la que Obama aventajaba a McCain por sólo ocho puntos porcentuales, pero suele destacarse poco en las elecciones locales. Craso error, si se analiza el mapa político estadounidense.
Actualmente existen más de 6000 latinos ocupando cargos de elección en todos los niveles gubernamentales de ese país, desde distritos escolares hasta el Senado estadounidense. Una muestra de su organización política se observa en la participación de candidatos latinos a puestos legislativos federales y estatales, que ha aumentado en 42 por ciento en la última década. En 1998, esta comunidad registró candidatos en sólo 26 estados, contra los 37 en los que compiten en las elecciones de hoy.
Por lo pronto, la influencia del voto latino ya era evidente en las elecciones presidenciales de 2004: esta comunidad cruzó 7,6 millones de boletas, 28 por ciento más que en los comicios de 2000. Para este 2008, de nuevo el voto latino tuvo un peso real en las primarias en estados clave, como Florida y Texas, tanto para demócratas como republicanos.
El día de hoy, 9,3 millones de ciudadanos estadounidenses de origen latino podrán depositar su voto para elegir al presidente de Estados Unidos, pero su participación también resultará clave para los 34 latinos que compiten por un lugar en la Cámara de Representantes en Washington (28 por el Partido Demócrata y 6 por el Republicano), para otros 66 que tratarán de mantenerse o convertirse en nuevos senadores estatales (49 demócratas y 17 republicanos), y para los 237 candidatos a asambleístas o representantes en las cámaras bajas estatales (174 demócratas y 63 republicanos).
La participación de este número de candidatos latinos a los más altos puestos legislativos tanto a nivel federal como estatal “es un reflejo de la madurez política de la comunidad latina a lo largo de todo el país” e incluso ya “están posicionados para transformar el mapa político en cada región estadounidense”, dice Arturo Vargas, director de Naleo, la fundación no partidista con sede en Washington que se cuenta entre las organizaciones más activas en la promoción del voto latino en Estados Unidos. Lo más importante es que “los candidatos latinos han demostrado que pueden atraer el voto y gobernar a distritos electorales diversos”, más allá de su propio grupo étnico.
Las proyecciones de Naleo para la elección indican que los latinos podrían ganar un asiento más en la Cámara de Representantes, en Washington, dada la aceptación entre los electores del demócrata Ben R. Lujan, que se convertiría en el primer representante latino por el estado de Nuevo México después de Bill Richardson, de ascendencia mexicana y actual gobernador del estado, que ocupó esa posición entre 1983 y 1997. A nivel federal, actualmente hay 23 latinos en la Cámara de Representantes, 20 de ellos demócratas y sólo tres republicanos.
En las elecciones locales, la comunidad latina podría ver a siete nuevos senadores estatales, pues el pronóstico es que pasen de 61 a 68 puestos. Las posibilidades de que Wyoming y Kansas tengan su primer senador estatal son altas, lo mismo que Massachusetts podría elegir a la primera mujer latina como senadora estatal.
Donde se prevé una reducción de la participación latina es en las cámaras bajas estatales, en las que perderían tres asientos, pues podrían pasar de 190 a sólo 187 representantes. Sin embargo, esta merma obedece en parte a que varios representantes estatales compiten para un puesto como senadores locales, cuatro de los cuales tienen bastantes probabilidades de ganar. Y si bien Naleo proyecta hasta cinco derrotas de candidatos latinos en los nueve estados que históricamente concentran a la mayor población de este grupo, el balance final se compensaría con las dos victorias esperadas en estados que registran una emergente comunidad latina.
Pero más allá de la rueda de la fortuna electoral, Arturo Vargas sostiene que todos los candidatos latinos “están ansiosos por demostrar su compromiso con nuestro proceso democrático, mediante la constatación de que pueden liderar y servir a todos los estadounidenses”.
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