Sáb 29.11.2008

EL MUNDO  › MANIFESTACIóN MASIVA EN COLOMBIA PARA PEDIRLES A LAS FARC QUE LIBERE A LOS REHENES

Miles marcharon por los secuestrados

Ingrid Betancourt convocó a los actos que tuvieron lugar en las principales ciudades del país. Pidieron por los 31 rehenes políticos que aún permanecen en la selva. La cercanía a la Navidad sensibiliza a los ex cautivos.

› Por María Laura Carpineta

Fue el mejor regalo de Navidad que pudieron darles a sus antiguos compañeros de cautiverio. Los ex rehenes de las FARC, con Ingrid Betancourt como convocante, les pidieron ayer a los colombianos que salgan a las calles para recordarles a los secuestrados que no están solos. Miles de personas respondieron al llamado y marcharon en Bogotá y las principales ciudades del país. La consigna era una sola: “Por la vida y la libertad, los queremos en casa esta Navidad”.

Las marchas de ayer no fueron tan masivas como la del 4 de febrero pasado cuando cuatro millones de colombianos tomaron durante toda la tarde las avenidas principales de las ciudades. En la Plaza Bolívar, el destino final de las distintas movilizaciones en Bogotá, unas tres mil personas pidieron por los 28 rehenes –tres dirigentes políticos y 25 policías y militares– que aún siguen encadenados en la selva. El clima era de fiesta. Familiares y amigos de los rehenes, ex secuestrados y sus familias, militantes de organizaciones de derechos humanos y estudiantes reclamaron una Colombia más justa cantando y bailando.

“Siento que Colombia está despertando de un largo letargo”, aseguró, emocionada, Angela Pérez, la esposa de Luis Eladio, uno de los últimos secuestrados liberados por los oficios humanitarios del presidente venezolano Hugo Chávez. No le importó que la convocatoria no cumplió con las expectativas. Acaba de volver del centro bogotano y está consumida por una mezcla de esperanza y tristeza. “Es emocionante encontrarte con tanta gente solidaria. –asegura y se hace un pequeño silencio. Baja la voz, consumida por la nostalgia–; la Navidad es una época muy difícil para los que están en la selva y para sus familias. Uno no tiene espíritu para celebrar nada. En ese difícil momento una demostración de solidaridad como la de hoy puede traer el alma al cuerpo otra vez”.

Angela sabe de lo que habla. Lloró sin consuelo las últimas seis Navidades sabiendo que su esposo sufría, solo, en algún lugar de la selva colombiana. Pero estas fiestas serán diferentes. El 28 de febrero pasado Luis Eladio y tres rehenes más fueron liberados de forma unilateral por las FARC. Ayer él pudo marchar por sus compañeros que aún sufren la soledad y la limitación de las cadenas en la selva.

“Estas marchas tienen una inmensa repercusión para los rehenes y para la guerrilla. El 4 de febrero fue un día muy especial. Por primera vez los secuestrados sentimos el respaldo de la sociedad colombiana y por primera vez comprendimos que nuestras familias no habían arado en el desierto”, recordó Eladio Pérez, mientras avanzaba hacia la plaza Bolívar, el punto de encuentro de la movilización en la capital. Vestía una remera blanca, como había pedido su amiga Ingrid Betancourt, cuando convocó la marcha en Madrid, durante la ceremonia de entrega del Premio Príncipe de Asturias. La ex rehén, quien asegura que aún no está lista para volver a su país, acompañó la manifestación con un acto en la Plaza Colón, junto al canciller español Miguel Angel Moratinos.

En el resto del país, miles de personas se congregaron en las plazas centrales de Cali, Medellín, Barranquilla y Cartagena. En el pequeño departamento del Huila, en el suroeste del país, la marcha la encabezaron los Beltrán. Orlando Beltrán caminó bajo el sol junto con su esposa Deyanira Ortiz. Ayer hacía exactamente nueve meses que se habían reencontrado en Caracas, después de la última liberación unilateral de las FARC.

“No se puede decir que fue una mala marcha. Lo que pasa es que las personas que movilizaban más gente ya están libre”, explicó vía teléfono a este diario. A principio de año, el presidente Chávez logró la liberación de seis dirigentes políticos, entre ellos Beltrán. Meses después, el gobierno colombiano les asestó un golpe terrible a las FARC al rescatar a Betancourt, a los tres ciudadanos estadounidenses y once policías y militares. El mes pasado el ex legislador Oscar Tulio Lizcano logró escapar gracias a la ayuda de su guardián. Ayer los dos marcharon por las calles de Bogotá.

Para Beltrán las marchas son la herramienta más eficaz para enfrentar a las FARC. “Creo que las FARC entendieron que ya no son populares; están pasando un mal momento”, dijo. El ex legislador es optimista, no lo puede evitar. “Hace un año pasaba Navidad, encadenado, sólo y deprimido. La guerrilla se esfuerza en hacer de la fecha un día normal; no se podía festejar, comer algo distinto o charlar. Hay 28 personas que van a pasar otra Navidad así. No podemos no hacer nada”.

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