Mié 11.03.2009

EL MUNDO  › UN SUICIDA DISFRAZADO DE POLICíA MATó A 33 PERSONAS

Atacan una tribu iraquí

› Por Patrick Cockburn *

Un terrorista suicida disfrazado de policía se detonó en medio de un grupo de líderes tribales, oficiales del ejército y funcionarios que se retiraban de una conferencia de reconciliación, matando a 33 personas. La acción pone en duda las afirmaciones recientes de que la seguridad está mejorando en Bagdad.

El ataque a aquellos que estaban presentes en la reunión que tenía la intención de reconciliar a los sunnitas y a los chiítas ayer tuvo lugar en el mercado de Abu Ghraib, un vecindario sunnita en Bagdad occidental, cerca de la famosa prisión. Entre los muertos había dos periodistas iraquíes y siete oficiales de la brigada al-Muthannna destinados en Abu Ghraib. El ataque terrorista sucede dos días después de que un ataque similar matara a 28 personas cerca de la academia de policía en Bagdad oriental. Los atentados demuestran que Al Qaida en Irak –que casi seguro llevó a cabo los ataques– todavía tiene la capacidad de reclutar, equipar y dirigir a terroristas suicidas, aunque no en el mismo número en que lo hacía cuando estaba en el pico de la violencia sectaria, durante 2006 y 2007.

Los funcionarios y periodistas estaban acompañando a los líderes tribales sunnitas y chiítas en una gira por el mercado de Abu Ghraib. Shakir Fizaa, el alcalde de Abu Ghraib, dijo que los líderes tribales acababan de abandonar sus oficinas y estaban hablando con la gente en el mercado cuando estalló la bomba. “Este ataque terrorista apuntaba a detener la reconciliación y la mejora de la seguridad”, dijo.

El gobierno iraquí y los funcionarios de Estados Unidos enfatizan las continuas mejoras en seguridad en Bagdad y en Irak central desde la segunda mitad de 2007. Pero esto aún deja a Irak como uno de los lugares más peligrosos del mundo. Además de los espectaculares ataques suicidas, hay continuos asesinatos y “bombas adhesivas” pegadas debajo de los vehículos.

El popular jefe de policía del distrito de Mansour, en el centro de Bagdad, fue muerto recientemente por una bomba tan poderosa que no se encontraron restos del cuerpo. Abu Ghraib, una de las entradas occidentales a Bagdad, es una ciudad sunnita con reputación de sectaria. Está custodiada por la Brigada de al-Muthanna, reclutada de los duros distritos chiítas de clase trabajadora en Bagdad. Sus puestos de control son muy temidos por los sunnitas que entran a la capital desde la provincia de Ambar, en el oeste. El comandante de la brigada, coronel Murad Kareen, se contaba entre los heridos por la explosión. Su hermano, junto con otro comandante, resultaron muertos.

Después de la explosión, los testigos dijeron que los insurgentes abrieron fuego sobre los sobrevivientes, matando a varios de ellos. Es difícil decir de dónde provienen los disparos después de las bombas porque la policía a menudo dispara al aire, creyendo que esto contribuye a restaurar el orden. Al Qaida nunca se recobró de la revuelta tribal en su contra, apoyada por el ejército de Estados Unidos, pero retiene una red de partidarios comprometidos deseosos de atacar a los líderes tribales sunnitas y los objetivos chiítas. Es fuerte en la ciudad del norte de Mosul, donde un terrorista suicida mató a tres personas, incluyendo un policía, ayer.

Es improbable que el recrudecimiento de la violencia demore los planes de retiro de tropas estadounidenses y británicas. Gran Bretaña comenzará a retirar sus 4000 hombres de combate para fines de marzo y habrá completado el retiro para fines de julio.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12

Traducción: Celita Doyhambéhère.

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