EL MUNDO › ALARMA A WASHINGTON EL CRECIMIENTO DEL RADICALISMO ISLAMICO EN PAKISTAN
› Por Omar Waraich *
Desde Islamabad
Se cree que el talibán tomó control de un área a 80 kilómetros de la capital de Pakistán, Islamabad, aumentando los temores de que los militantes intenten extender su insurgencia –y su tipo extremo de islamismo– a todo el país. Las fuerzas paquistaníes estuvieron ayer bajo fuego cuando intentaron recuperar el control del importante y estratégico distrito de Buner. La toma del distrito por los militantes en los últimos días pone de manifiesto la fortaleza de la insurgencia y su habilidad para avanzar en el vecino Valle Swat que controla el talibán, en el centro de Pakistán.
Dos policías y un soldado fueron muertos mientras seis unidades de la Policía de Frontera, una fuerza paramilitar, fueron enviados a Buner para intentar defender los edificios del gobierno y los puentes.
El impulso del talibán y la violencia asociada aumentó la alarma en Washington. Robert Gates, el secretario de Defensa de Estados Unidos, advirtió ayer de una “amenaza existencial” al gobierno democrático de Pakistán y llamó a los líderes políticos del país para que la enfrentaran. Sus comentarios fueron hechos un día después de que Hillary Clinton, la secretaria de Estado de Estados Unidos, arremetió en contra del liderazgo paquistaní por ceder al talibán al permitirle imponer la ley Sharia en el Valle Swat. Dijo que ahora Pakistán presentaba una “amenaza mortal” para el resto del mundo. El trato de paz Swat, mientras, le permitió al talibán reagruparse y solidificar su base. Clinton dijo el miércoles: “Creo que el gobierno paquistaní está abdicando a favor del talibán y de los extremistas”.
Los temores de una amenaza al Estado paquistaní nunca fueron tratados en serio dentro del país –hasta ahora–. “Pakistán está en un precipicio, estamos realmente preocupados”, dijo un político de la oposición Punjabi. “Estamos preocupados por Swat, las áreas tribales y más allá. El talibán se está introduciendo en el Punjab.”
Contra un telón de fondo de feroces críticas, el Parlamento paquistaní votó para imponer la ley islámica a lo largo de la Franja en el noroeste hace diez días, cediendo al talibán a cambio de una promesa de paz en el Valle Swat. El ejército paquistaní fue obligado a detener su débil operación militar en febrero, después de que el talibán capturara más de cuatro quintos del valle a través de una campaña brutal de decapitaciones, quemas de escuelas y secuestros.
En los días recientes, los militantes talibán han usado a Swat como un escenario para incursiones hacia Buner. Capturaron el santuario de Pir Baba, un venerado santo Sufi, y establecieron una corte sharia provisional. Hombres enmascarados también erigieron puestos de control, comenzaron a patrullar las calles echando a las mujeres de los lugares públicos. En escenas que recordaban crudamente la toma de Swat por el talibán, cientos de residentes locales, algunos de los cuales habían formado una milicia local antitalibán para rechazar la invasión el año pasado, huyeron.
Seis soldados y cuatro enfermeros de ambulancias fueron secuestrados el lunes de diferentes partes del valle. Los empleados del gobierno fueron sacados de sus oficinas y los juzgados locales cerraron. Los residentes dicen que hombres fuertemente armados sacaron a los asistentes sociales y obligaron a la policía a replegarse en sus comisarías. Las imágenes de televisión mostraban a los militantes tirando los muebles afuera de las oficinas.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.(Versión para móviles / versión de escritorio)
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