Dom 03.05.2009

EL MUNDO  › TRAS VISITAR A EVO, EL EX PRESIDENTE DE EE.UU. PROMETIO VOLVER PARA COSECHAR COCA

Apoyo de Carter para Bolivia

El ex mandatario demócrata, que informará a la canciller Clinton sobre su visita a Bolivia, aseguró que su país jamás apoyaría la división de Bolivia, como intentan algunos grupos del oriente. Dijo que Obama quiere restablecer relaciones.

› Por Sebastián Ochoa

Desde Santa Cruz

El ex presidente de Estados Unidos Jimmy Carter, como representante del Cuerpo de Paz de su país, visitó Bolivia para informarse sobre los temas que afectan a sus instituciones. Primero se reunió con el presidente Evo Morales, de quien se dijo “amigo”, más tarde con los prefectos opositores de la Media Luna en esta ciudad. El presidente boliviano le dijo que no había ningún problema con EE.UU., sólo con el ex embajador Philip Goldberg, devuelto a su nación porque estaría vinculado con el intento de golpe de Estado de septiembre del año pasado.

Por su parte, Carter le prometió a Morales que volverá en diciembre, durante las próximas elecciones generales, para ayudarlo a cosechar hojas de coca. Y aseguró que su país jamás apoyaría la división de Bolivia, como intentan algunos grupos del oriente. De esta manera, EE.UU. pretendería volver a pisar fuerte en América latina, donde evalúa que perdió influencia por políticas erradas de gobiernos pasados. En la Casa Blanca creen que su pedestal de “liderazgo” en la región ya fue ocupado por China e Irán.

“Si bien tuvimos problemas con la DEA (Agencia Estadounidense Antidroga, expulsada en 2008) y con el ex embajador de EE.UU., quiero decirle que como Estado o como gobierno nunca tuvimos problemas con el grupo llamado Cuerpo de Paz. Nunca mi gobierno expulsó o retiró al Cuerpo de Paz”, dijo Morales a Carter en el Palacio Quemado.

“Si hay instituciones y personas que, como el Cuerpo de Paz, quieren visitar Bolivia, por supuesto, bienvenido, no hay ninguna observación. Pero que no sea para conspirar ni para provocar ni ser agentes de inteligencia. Nosotros somos de la cultura del diálogo”, agregó Morales.

El año pasado, el estadounidense John Alexander Van Schaick, integrante del Cuerpo de Paz, denunció que funcionarios de seguridad de la Embajada de EE.UU. en Bolivia le habían pedido información sobre ciudadanos cubanos y venezolanos que se cruzara durante su estadía.

Fue uno de los primeros enfrentamientos entre el gobierno boliviano y Goldberg. La expulsión llegó el 10 de septiembre, durante el “intento de golpe cívico-prefectural”, según Morales, que dejó al menos doce muertos en el oriente. Para el presidente, el ex embajador apoyaba con consejos y logística a quienes pretendían hacer otro país con los departamentos de las tierras bajas, que comprenden el 70 por ciento del territorio nacional.

Hace dos semanas, el gobierno desbarató un grupo que supuestamente programaba asesinar a Morales, a varios funcionarios de su gabinete y a algunos prefectos de la Media Luna con la finalidad de fomentar la división de Bolivia entre un occidente de altiplano y un oriente selvático. Quienes defienden la idea de separar al oriente tienen fundamentos económicos, ya que de este lado reposarían la mayor parte de los recursos naturales, comenzados a explotar durante los años ’50. Con anterioridad, durante la colonia y la creación de la república, el país vivía del comercio de los metales andinos, ya casi agotados.

Los separatistas también apelan a la discriminación. Sostienen que los occidentales tienen otra raza, son “collas”, descendientes de los incas. Mientras en el oriente son “cambas”, mezcla de españoles, portugueses, guaraníes y otros pueblos indígenas amazónicos.

Constantemente, Morales denuncia que el gobierno de EE.UU. busca la manera de asesinarlo y dividir Bolivia. La última vez fue a inicios de abril, cuando acusó a la CIA. Días después, cuando en Santa Cruz la Policía Nacional disolvió un grupo supuestamente terrorista, el presidente dijo que ahí se confirmaban sus declaraciones. Por eso, Carter afirmó que aquí “hay elementos que desean tener un país dividido y no un país unido. Pero EE.UU. se va a oponer absolutamente a cualquier movimiento separatista en Bolivia”.

La canciller norteamericana, Hillary Clinton, dijo que “preocupaba” a Obama la buena relación que tienen los gobiernos de América latina con los de Irán y China, entre otros que EE.UU. considera nocivos. Por eso quieren volver a ocupar el puesto que dejó vacante Goldberg en La Paz. “El presidente Obama quiere que tengamos relaciones mutuas con un intercambio de embajadores”, aseguró Carter.

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