Panamá viró ayer a la derecha y coronó como próximo presidente al multimillonario empresario Ricardo Martinelli, líder de la coalición opositora Alianza para el Cambio (AC). Con un 43,68 por ciento de las mesas escrutadas, al cierre de esta edición el Tribunal Electoral (TE) panameño informaba que la derecha se imponía con una aplastante mayoría del 61 por ciento de los votos, frente a un 36,83 por ciento cosechado por Balbina Herrera y el oficialista Partido Revolucionario Democrático (PRD) y apenas un 2,51 por ciento logrado por Guillermo Endara, ex presidente panameño (1989-1994) y tercero en pugna.

Las opciones eran claras y las encuestas, que desde hacía días vaticinaban el resultado, no se equivocaron. De un lado, un líder opositor de origen empresario dueño de la mayor cadena de supermercados del país, que dedicó buena parte de su campaña a prometer el fin de la corrupción y los políticos de siempre, además de anunciar que ya no había derecha o izquierda pero que, de todas maneras, todo lo que oliera a Venezuela o Cuba le revolvía el estómago.

Del otro, una militante de larga trayectoria que, según diversos analistas locales, no sólo no pudo capitalizar la popularidad del presidente saliente, Martín Torrijos (hijo del mítico general homónimo, que nacionalizó el Canal y enfrentó a Estados Unidos), y la buena marcha de la economía, sino que se vio en dificultades cuando la oposición comenzó a achacarle su gestión como alcaldesa durante los años ochenta, época en la que gobernaba el dictador Manuel Antonio Noriega (1983-1989).

De este modo, los 2,2 millones de panameños que estaban convocados ayer a las urnas decidieron que el empresario Martinelli gobierne los destinos de este país, por donde pasa el 5 por ciento del comercio mundial, durante los próximos 5 años.

La jornada electoral fue tranquila y, desde las siete de la mañana hora local (dos horas menos que Argentina), pudieron verse largas filas de ciudadanos que habían madrugado para emitir su voto. Los presos, que ejercieron su derecho al sufragio por primera vez en este país, se quejaron del ritmo de la jornada. “No puedo creer que el proceso sea tan lento”, se indignó el recluso Edgar Navarro. Su compañero de celda, Fermín Reyes, también votó, y lo hizo por la derecha. “Votar es un deber. Yo lo hice por el cambio”, afirmó, aludiendo así al mote por el que se conoce a la coalición liderada por Martinelli.

La OEA, encargada de la misión electoral con 53 observadores desplegados a lo largo del territorio, no dudó en dar su visto bueno. “En general nuestra visión es muy positiva sobre la organización, inicio y actitudes del pueblo panameño”, afirmó el ex gobernador argentino José Octavio Bordón, jefe de la misión del organismo interamericano. “Es una jornada electoral realmente ejemplar, con la gente votando desde muy temprano y muy pocos inconvenientes registrados, producto de la masiva afluencia de la gente a primera hora”, agregó.

En cuanto a los candidatos, la primera en votar fue la oficialista Herrera, que acudió a las urnas minutos después de las siete de la mañana. “A partir de hoy todo cambia en el país”, afirmó optimista, para luego partir, vestida de blanco y con rosas rojas en la mano, a una misa en una iglesia del centro. “Todos somos amigos, hermanos; todos somos Panamá”, agregó la ex ministra de Vivienda al dirigirse a misa.

Martinelli, por su parte, comenzó el día sirviendo bocadillos en su casa para un grupo de periodistas invitados. Luego, pasado el mediodía, se acercó a las urnas. “Es un proceso transparente, limpio; salgamos a votar”,se limitó a señalar el empresario, quien tendrá como vicepresidente a Juan Carlos Varela, del tradicional Partido Panameñista.

Según Arístides Hernández, presidente de la agencia Latin Consulting, gane quien gane poco es lo que puede cambiarse en la economía panameña. “Ninguno de los dos candidatos hubiera puesto en peligro el sistema que gobierna este país. Salvo la chilena, la economía panameña es la más globalizada de América latina, y el margen de acción es muy chico”, precisó. “Combatir la inseguridad, mantener el crecimiento de la economía, reducir la pobreza (30 por ciento de la población) y resolver el caos en la circulación de la capital serán ejes clave en la gestión de Martinelli”, agregó.

La mitad del electorado panameño habita en la Capital y sus alrededores, generando más del 55 por ciento de un PIB que se organiza alrededor de uno de los mayores centros financieros de la región, con más de 90 bancos.

Ayer, los panameños también elegían a los 71 diputados del Congreso y a los 20 del Parlamento Centroamericano, así como a 75 alcaldes y 630 concejales. Estos resultados todavía estaban pendientes de confirmación.