EL MUNDO › OPINIóN
› Por Fidel Castro *
Carter ha sido el único ex presidente de Estados Unidos que tuve el honor de conocer, excepto Nixon, que no lo había sido todavía.
Yo había visitado Washington para participar en una conferencia de prensa que significaba un duro reto para mí por las preguntas que los expertos reporteros harían. El presidente le recomendó a Nixon que me invitara a conversar en su oficina. Fue engañoso e hipócrita. De su oficina salió con la idea de recomendar la destrucción de la Revolución en Cuba.
Aconsejado por él, Eisenhower fue el autor de los primeros planes para eliminarme físicamente, de la campaña de terror contra Cuba y la invasión mercenaria de Girón. En 1959 comenzó la pérfida historia que 18 años después el presidente Carter trató de rectificar.
Lo conocí, o más bien lo adiviné, como un hombre de ética religiosa, a partir de una larga entrevista en la que le plantearon difíciles temas, que abordó con sinceridad y modestia. Existían en ese tiempo fuertes tensiones entre Panamá y Estados Unidos. Omar Torrijos, líder de ese país, era un militar honesto, nacionalista y patriótico. Pudo ser persuadido por Cuba de no adoptar posiciones extremas en su lucha por la devolución del territorio del Canal que, como un cuchillo afilado, dividía en dos a su patria. Tal vez por eso pudo evitarse un baño de sangre a la pequeña nación, que sería después presentada al pueblo de Estados Unidos y al mundo como agresora.
Más tarde, y sin hablar con nadie en Estados Unidos, pude vaticinarle que tal vez Carter fuera el único presidente de ese país con el que podía alcanzarse un acuerdo honorable sin derramar una gota de sangre.
Como presidente de Estados Unidos, acordó con Cuba la creación de una Oficina de Intereses en La Habana y otra en Washington. Ahorramos con ello gran número de trámites diplomáticos y papeles que enloquecían a la austera y meticulosa diplomacia suiza. Mantener el colosal edificio en la antigua embajada de Estados Unidos en La Habana era ya de por sí una proeza por parte de Suiza. Algo más: Carter discutió con Cuba cuestiones importantes como los límites de las aguas territoriales, así como los recursos pesqueros y otros puntos de ineludible atención.
Citemos al diario Folha de Sao Paulo de ayer: “‘A mí me gustaría que (el embargo) se acabara hoy mismo. No hay razón para que el pueblo cubano siga sufriendo’, sostuvo el ex presidente, que hoy dirige una organización de derechos humanos y esta semana visitó Brasil para entrevistarse con el presidente Luiz Inácio Lula da Silva”.
Carter expresó finalmente que de los dirigentes cubanos dependían también los resultados. Es cierto, de nosotros y de todos los cubanos que han luchado y están dispuestos a luchar.
* Extracto. Publicado en el diario cubano oficial Granma.
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