Mié 13.05.2009

EL MUNDO  › EN ISRAEL LE REPROCHARON QUE NO SE EXPLAYARA MáS SOBRE EL HOLOCAUSTO

El discurso del Papa no convenció

Benedicto XVI fue criticado por no nombrar a los nazis como asesinos de la Shoá. Ayer, el Sumo Pontífice tuvo una agenda apretada: visitó el Muro de los Lamentos y el Templo de Jerusalén; además se reunió con líderes religiosos.

› Por Donald Macintyre *

Desde Jerusalén

El Vaticano salió a defender al papa Benedicto XVI de las continuas quejas en Israel acerca de que no se había explayado lo suficiente en su denuncia del Holocausto durante su primera visita papal a Tierra Santa. El Papa, de 82 años, tuvo una agenda apretada ayer en Jerusalén, manteniendo conversaciones con los más altos clérigos judíos y musulmanes, presidiendo la primera de las tres misas al aire libre y visitando el Templo de Jerusalén y el Muro de los Lamentos, donde colocó entre las rocas una oración escrita en favor de la paz.

Pero aunque el Papa se lamentó de la “horrible tragedia de la Shoá”, en su discurso del lunes en el memorial del Holocausto Yad Vashim, el vocero de la derecha parlamentaria de Israel, Reuven Rivlin, se unió a los críticos ayer diciendo que, como alemán, el pontífice debería haber expresado más remordimiento. El Papa también fue criticado por no nombrar a los nazis como los asesinos del Holocausto. Rivlin dijo: “El pontífice habló como un historiador, como alguien que observa entre bambalinas, sobre cosas que no debieron ocurrir. ¿Pero qué se puede hacer? El fue parte de ellos. Con todo respeto por la Santa Sede, no podemos ignorar el bagaje que trae”.

El vocero del Vaticano, Federico Lombardi, dijo que Benedicto XVI había mencionado sus raíces alemanas en una sinagoga en Colonia en 2005 y en Auschwitz en 2006. “No puede mencionar todo cada vez que habla”, dijo. El padre Lombardi tomó por sorpresa a los periodistas cuando señaló: “El Papa nunca, nunca, nunca perteneció a la Juventud Hitleriana”. Dijo que el pontífice en cambio se había unido a una sección antiaérea del tipo al que muchos jóvenes eran reclutados cerca del final de la Segunda Guerra Mundial. Esto no era como la Juventud Hitleriana, un cuerpo de voluntarios que estaban “fanática e ideológicamente a favor de los nazis”. En Sal de la Tierra, un libro de 1996 basado en entrevistas del periodista alemán Peter Seewald, se cita al entonces cardenal Joseph Ratzinger como diciendo: “Al principio no estábamos en la Juventud Hitleriana, pero cuando ésta fue obligatoria en 1941, mi hermano fue forzado a unirse. Yo era demasiado joven, pero más tarde, como seminarista, me registraron en la Juventud Hitleriana. En cuanto salí del seminario, nunca volví”.

Una queja sobre el discurso del Papa del lunes fue sobre el uso del término “matar” en lugar de “asesinar” para describir el destino de los seis millones de víctimas judías del Holocausto. El eminente columnista e historiador de centroizquierda Tom Segev sugirió que el término lo hacía sonar “como si hubiera sido un infortunado accidente”. Escribiendo en el Haaretz ayer, Segev dijo: “Uno hubiera esperado que los cardenales del Vaticano hubieran preparado un texto más inteligente para su jefe”. Añadió: “La tacañería verbal desplegada por Benedicto también disminuye el impacto de cualquier cosa que pueda decir sobre el sufrimiento palestino. Si hubiera dicho lo que debía decir sobre el Holocausto, hubiera podido decir más para condenar las sistemáticas violaciones de Israel a los derechos humanos de los residentes en Cisjordania y Gaza”.

El enigma de por qué el Vaticano aprobó esta formulación se profundizó ayer cuando se recordó que su predecesor, el papa Juan Pablo II, usó el término “asesino” en su discurso en Yad Vashem durante su visita hace nueve años. Varios comentaristas han contrastado la calidez humana de Juan Pablo II con el tono más abstracto de actual Papa. Las sensibilidades en Israel sobre el tema son mayores por la continua controversia sobre el rol en tiempos de guerra del papa Pio XII, que no habló públicamente contra el Holocausto y por la decisión de enero del papa Benedicto XVI de levantar la excomunión del obispo negacionista del Holocausto, Richard Williamson.

El Vaticano ha dicho que no conocía bien los antecedentes del obispo Williamson cuando ordenó el levantamiento de la excomunión. A él y a otros obispos ultraconservadores se les ha dicho que deben firmar las leyes del Vaticano de respetar otras religiones antes de ser totalmente readmitidos.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

Traducción: Celita Doyhambéhère.

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