Hoy se cumplen 20 días de la ofensiva del ejército paquistaní en el noroeste del país y el saldo son cientos de militantes talibán muertos y más de un millón de civiles desplazados. De ellos, más de 800 mil se vieron forzados a asentarse en los improvisados campos de refugiados. Ayer las fuerzas del gobierno de Asif Ali Zardari volvieron a bombardear los pueblos del valle del Swat, donde aún siguen atrapados unas 200 mil personas, según las estimaciones de la ONG humanitarias.

Por primera vez, ayer una ONG logró ingresar en la región del noroeste paquistaní, el epicentro de los bombardeos y de los combates cuerpo a cuerpo entre los militares y los talibán. El coordinador médico del Comité Internacional de la Cruz Roja para Pakistán, Bart Janssens, confirmó que un equipo suyo logró entrar a Bruner, un distrito vecino del Swat, pero no dio detalles sobre cómo está la situación.

Según las familias que se escaparon de Bruner, los bombardeos del ejército y los tiroteos de los talibán hacen imposible circular por las calles. Según informó el ejército, el saldo de los combates de ayer fue 54 milicianos talibán y cinco soldados muertos. En lo que va de la ofensiva, el ejército informó de 800 bajas del frente talibán contra apenas menos de medio centenar de soldados.

Nuevamente, el ejército y el gobierno paquistaní se negaron ayer a dar detalles sobre las víctimas civiles, la principal preocupación de las ONG internacionales en el país y de la comunidad internacional. “No sabemos cuántos muertos hay, pero sí que es el desplazamiento más masivo en el mundo actualmente”, alertó el Alto Comisionado de la Acnur, la agencia para refugiados de la ONU, Antonio Guterres.