EL MUNDO › LAS MILICIAS DEL OFICIALISMO SE LO EXIGEN AL FISCAL GENERAL
› Por Kim Sengupta *
El líder de la oposición iraní, Mir Hossein Musavi, enfrenta una nueva amenaza después de que la milicia Basiji lo acusó de “ofensas contra el Estado” y de “perturbar la seguridad de la nación”, cargos que llevan a una sentencia de diez años de prisión. La milicia, que jugó un rol clave en la brutal supresión de las protestas callejeras, se hizo conocida como los que hacen cumplir la ley del Supremo Líder del país, el ayatolá Ali Jamenei, y es improbable que hayan hecho acusaciones contra Musavi sin recibir su autorización para hacerlo.
El alto comando Basiji escribió al fiscal en jefe pidiéndole que tome acción con Musavi. Afirmaba que luego seguiría la “evidencia” que mostraba su culpabilidad en los disturbios sobre las elecciones discutidas. Ayer, Musavi rompió su silencio de una semana para denunciar los resultados de la elección como un “golpe”. “Una mayoría de personas –incluyéndome a mí– no aceptan su legitimidad política”, dijo del gobierno, añadiendo: “Hay un peligro a la vista. Un sistema gobernante que confió en la gente durante treinta años no puede reemplazar esa confianza con fuerzas de seguridad de la noche a la mañana”.
Se le unieron Mehdi Karubi, otro candidato, y el ex presidente reformista Mohammed Khatami al hacer declaraciones con las que traerán más conflictos con el ayatolá Jamenei, que sostuvo el resultado y declaró que el presidente Mahmud Ahmadinejad era el ganador. Los hombres dijeron que era su “responsabilidad histórica continuar con nuestras protestas y no abandonar nuestros esfuerzos para preservar los derechos de la nación”. Musavi pidió la libertad de “los niños de la revolución” que han sido capturados por la policía y el Basiji. Anteriormente, la televisión estatal dijo que todos, salvo uno de los nueve iraníes que trabajaban en la embajada británica en Teherán, habían sido liberados.
El Foreign Office confirmó que dos empleados habían sido liberados. “También buscamos la confirmación de los informes iraníes de que otro miembro del personal fue dejado en libertad hoy”, decía en una declaración. La primera prioridad era asegurar la libertad de todo el personal y seguirían las “intensivas discusiones con las autoridades iraníes y nuestro socios internacionales para resolver este tema”.
Gordon Brown, que condenó a Irán sobre el arresto de los empleados de la embajada, expresó su “profundo desencanto” con la conducta del régimen iraní. “Esta acción es injustificada y es inaceptable y algunas personas en Irán están buscando usar a Gran Bretaña como una explicación para las legítimas voces que piden más apertura y democracia”, dijo.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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